Madrid tiene muchos edificios famosos, pero sin duda hay uno que más miradas acapara en una fecha exacta del calendario.
La Real Casa de Correos, el reloj más famoso de España ya que cada 31 de diciembre miles de españoles reciben el nuevo año escuchando sus doce campanadas, fue un encargo de Carlos III que en un principio iba a ser realizado por Ventura Rodríguez pero al monarca no le gustó su diseño y finalmente se lo pidió al arquitecto francés Jaime Marquet. Para su construcción se hizo necesario el derribo de varias casas situadas en la plaza y empedrar sus solares, esto si lo realizó Ventura, de hecho había un dicho en Madrid para explicar como se iban a llevar las obras "al arquitecto la piedra, y la casa al empedrador" dejando claro que la decisión del monarca de elegir al francés no gustó nada.
Las obras comienzan en 1760 y concluyen en 1768 en estilo barroco, de planta rectangular, distribuido en torno a dos patios interiores separados por una crujía y posee cuatro fachadas de estilo clásico francés con zócalos piso bajo, entresuelo y piso principal tres vanos, balconada y el portal de acceso. Las esculturas del frontón son de Antonio Primo.
Tras su finalización acogió la Real Casa de Correos y el cuartel de la Guardia de Prevención asignado por el Conde de Aranda pero apenas duró ochenta años con esta función ya que se convirtió en Ministerio de Gobernación dejando solo la planta baja para su utilización como oficina de correos y telégrafo.
En 1939, tras la Guerra Civil se convierte en unos de los edificios más temidos de la capital al albergar las oficinas de la Dirección General de Seguridad (DGS), este cuerpo creado en 1912 ejerció durante el Franquismo como policía político-social, con unos métodos más parecidos a la Inquisición que a un cuerpo policial.
La DGS desapareció en 1979 y el edificio es adquirido por la Comunidad Autónoma de Madrid en 1985 para situar desde entonces la Presidencia de la Comunidad Autónoma de Madrid.
La torre donde se halla el reloj no data de la misma fecha sino que fue construida en 1857 para albergar el reloj que estaba en la fachada de la desaparecida iglesia del Buen Suceso. Pero este reloj tenía el problema de que era muy antiguo, de origen medieval, por lo tanto su maquinaria estaba obsoleta y marcaba las horas muy irregularmente. Los madrileños se quejaban de esto, por ello el relojero José Rodríguez Losada, que era leones pero vivía en Londres decidió donar a Madrid el que se encuentra actualmente. Consta de cuatro esferas, una bola y una campana encargada de anunciar el cambio de año desde 1916.
Pero como buena construcción madrileña también conserva una leyenda. Nos situamos al principio de las obras del edificio cuando unos albañiles que trabajaban en ella tuvieron una visita muy especial, el mismísimo Satanás, que con una voz grave y profunda les dijo que la edificación era propiedad del Infierno, asustados estos obreros se negaron a trabajar, además le echaron toda la culpa a los planos de Marquet. La animadversión por este arquitecto se debe a que era francés y en Madrid se prefería que un edificio de esta índole debía ser diseñado por un español como Ventura, además se mofaban de Marquet diciendo que había olvidado construir la escalera interior del edificio.
Para convencer a los trabajadores de que volvieran al trabajo tuvieron que dar aviso a la Inquisición para que evitara una nueva visita del Príncipe de los Infiernos. La Iglesia mandó al padre López para que limpiara el edificio de cualquier aparición del más allá. Una vez llegado el fraile los trabajadores volvieron al trabajo y nunca más hubo ninguna aparición.
Con respecto a esta leyenda hay dos teorías. Una que efectivamente afirma que el Diablo se apareció pero hay otra que cuenta que todo se debió a una campaña de desprestigio contra Marquet, que pudo ser ideada por Ventura o por los propios obreros, y que el padre López simplemente acudió para eliminar esta conspiración.
Aunque hay una segunda historia sobre Lucifer y el edificio. Se cuenta que con la entrada de los franceses a Madrid un capitán de dragones francés decidió ocupar este edificio acompañado por unos pocos soldados. Los madrileños enterados y enfurecidos rodearon y asaltaron el palacio obligando a huir a los soldados pero el capitán nunca apareció. Es ahí cuando el diablo habría actuado escondiendo al oficial en el reloj. Subieron a revisar pero solo encontraron a un pequeño ratón, que sería el capitán transformado. Esta historia es la que menos sentido tendría pues las tropas napoleónicas invadieron Madrid en 1808 mientras que la torre se construyó en 1857.
Sea como fuere este edificio, el más antiguo de la Puerta del Sol, sigue siendo testigo de grandes eventos históricos como el 2 de mayo de 1808, manifestaciones y todo tipo de reivindicaciones aparte de ser el encargado de despedir el año antiguo y dar la bienvenida al nuevo.
Luis García (Zaqarbal) |
Carlos Delgado |
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