jueves, 18 de junio de 2020

La soñadora contra el rey

  Hubo una época en la que se decía que en el Imperio Español nunca se ponía el sol y que Felipe II era el hombre más poderoso sobre la Tierra, pero hubo una mujer que dio jaque al rey.
  Lucrecia de León nace en Madrid en 1567 hija de un humilde comerciante, Alonso Franco de León y su mujer Ana Ordóñez. No sabe mucho de su educación pero sí que sabía leer y escribir y también que tenía una extraña habilidad, soñaba con cosas que solían ocurrir. 
  Sus profecías oníricas habituaban ser sobre el rey, por ejemplo cuando en otoño de 1580 Felipe iba a Lisboa para reclamar el trono de Portugal y cayó enfermo en Badajoz, ella vio una procesión fúnebre real en la ciudad pero dijo que no era el rey. Al poco se supo que la reina Ana de Austria había fallecido allí. Otro día soñó con un letrero que decía "¡Pobre de ti, que tuviste la oportunidad pero no llegaste a comprender ni a hacer lo que es digno de un Rey!" Con la Iglesia también sueña representándola como una viuda sin manos y lo relaciona a que no ayuda a los pobres sino a los ricos.
  La profecías de Lucrecia llegaron a oídos del canónigo Alonso de Mendoza, que era líder del grupo de visionarios, en 1587 y viendo su valor decidió transcribir algunos de sus sueños además de convertirla en portavoz de este movimiento tras el arresto del anterior, Miguel de Piedrola.
  Es a partir de es momento cuando alcanza gran fama, algo muy raro en una mujer nacida en una familia pobre. Entre 1587 y 1591 tuvo más de cuatrocientos sueños relacionados con la problemática que se encontraría el rey en su última década como monarca. Normalmente soñaba con la destrucción del país tras una invasión conjunta de turcos y protestantes, a la que se uniría un levantamiento de los moriscos. Posteriormente desde Toledo, que sería la capital espiritual de España, se iniciaría una guerra contra los invasores que acabaría con una nueva monarquía liderada por Piedrola y Lucrecia. Tras salvar el país convocarían una nueva cruzada para liberar Jerusalén y además trasladarían la Santa Sede a Toledo. De hecho se habría construido una especie de bunker en la "cueva Sopeña" desde donde empezaría todo y sus habitantes serían los únicos que se salvarían tras el desastre, aunque no es seguro donde estaría se cree que era cerca de Ocaña.

"Bajóme por parte de la Sopeña
y vi que andaban hombres trabajando en ella,
y a este tiempo vi que se llegó un morisco que andaba a caza
y se asomó a la roca de la Sopeña
y preguntó a los hombres que en ella trabajaban cuya era,
y respondieron que de Cristóbal de Allende,
y dióle muchas vueltas mirándola y alzando los ojos;
y el Hombre Ordinario me dijo:
En habiendo tres reyes en España vendrá el Anticristo,
porque en tiempo de Felipe se han de acabar tantas vejaciones
y vendrá esta última generación;
que Dios no ha de renovar el mundo más que tres veces
y ésta es la última".

  En sus ensoñaciones nombraba a Felipe II y sus ministros como responsables de la caída de la corte y le compara con el último rey visigodo, Don Rodrigo, cuyas corruptelas y vicios habían provocado la invasión musulmana del 711, también asemeja a la cueva Sopeña con Covadonga y a Miguel  de Piedrola con Don Pelayo. Le acusaba además de haber tiranizado al pueblo, nombrar obispos incompetentes y levantar el monasterio de El Escorial con la sangre de los pobres.
  Como última acusación le hizo responsable de la muerte de su hijo, el príncipe Carlos, y de sus cuatro mujeres: María Manuela, María Tudor, Isabel de Valois y Ana de Austria.
  Como era de esperar ni al rey ni a la Iglesia les sienta bien estas profecías y como ya estaba en el punto de mira de ellos por publicitar la derrota de La Grande y Felicísima Armada o la Gran Armada (nombre real de la Armada Invencible) en 1588, por la que fue detenida y posteriormente absuelta  a condición de ingresar en un convento, la siguen muy de cerca a pesar de que tiene amigos influyentes como los duques de Medinaceli, Medina Sidonia y Nájera entre otros.
  Su caída se produce en 1590 tras la huida de Antonio Perez ayudado por un partidario suyo, fray Lucas de Allende. Ese momento hace que los consejeros del rey y su confesor fray Diego de Chaves pidan al monarca su intervención ya que creían que las profecías de Lucrecia crearían disturbios. Fue detenida y trasladada a Toledo para ser juzgada en el convento de Santo Domingo el Antiguo.
  Su proceso se alargó hasta el 15 de julio 1595 con los cargos de blasfemia, sacrilegio, hechicería, herejía, sedición, pacto con el demonio, falsa madre de profetas que se soñaba reina, pronosticaba la destrucción de España, la muerte de Felipe II y la extinción de los Habsburgo. Cinco días más tarde se celebra su Auto de Fe donde fue condenada a abjurar de sus errores, a cien azotes, dos años de reclusión y al destierro de Madrid por toda su vida.
  Su estancia en la cárcel no fue fácil, tortura, violaciones y toda clase de vejaciones pero su vida posterior tampoco ya que ella y su hija, nacida en prisión en 1590  fruto de su relación con Diego de Vitores Texeda, no encontraban lugar donde vivir, solo una mujer las acogió siempre que pagaran una renta. Posteriormente pasó por el hospital San Lázaro de Toledo, habitado por mendigos y personas con enfermedades contagiosas y después al de San Juan Bautista. Ahí se pierde su pista y no se sabe como ni cuando acabó su vida pero seguramente no de la mejor manera.
  Algunas de sus predicciones fueron:
-La muerte de Ana de Austria. Acertó.
-La muerte del infante Felipe, futuro Felipe III. Falló.
-La muerte de don Álvaro de Bazán. Acertó.
-La derrota de la Armada Invencible. Acertó.
-La derrota de España en una guerra contra una unión entre otomanos y algunos países europeos que destrozaría la península y acabaría con el rey en agosto de 1588. Falló.
-Ataques protestantes en el norte, otomanos en el Sur e ingleses en Portugal. Falló.
-Los moriscos, se sublevarían desde el interior de la Península y abrirían la puerta a que extranjeros la invadieran. Acertó a medias ya que sí hubo revueltas como la rebelión de las Alpujarras y posterior guerra, pero los moriscos nunca consiguieron una invasión extranjera, aunque lo intentaron.
-El rey sería derrotado y exiliado a Toledo donde moriría. Falló.
-Un nuevo monarca descendiente de los reyes navarros, Miguel de Piedrola Beaumont, sustituiría a los Austrias. Falló
  Esta es la historia, que aunque parece leyenda es real, de una mujer que siendo de origen muy humilde puso en jaque al monarca más poderoso de Europa.

Políptico de Gante (Eva – Asesinato de Abel) – Jan van Eyck ...
No existe imagen de Lucrecia de León, pero su madre
decía que era igual que la Eva del Políptico de Gante
de Jan van Eyck

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