Al igual que en Buitrago del Lozoya la poderosa familia Mendoza también dejó su impronta en Manzanares el Real.
Posee amplios ventanales con arcos de medio punto con un patio rectangular en cual hay dos galerías sujetas sobre columnas octogonales. En cada esquina se levantan cuatro torres adornadas con bolas muy al estilo isabelino. Además su galería situada encima del adarve meridional es de etilo flamígero con antepechos decorados con punta de diamante.
Consta también de patio porticado, un sótano y seis plantas (baja, entreplanta primera, principal, segunda, alta y de cubiertas). La galería gótica del primer piso se considera la más bella de España.
En 1931 se le declaró Monumento histórico artístico y en 1983 se firmó en su interior el Estatuto de Autonomía de la CAM.
Pero como buen castillo medieval también alberga a su propio fantasma el cual se pasea por sus estancias. Esta leyenda se remonta al siglo XV cuando todavía estaba en pie el castillo antiguo, en esa época era señor de Manzanares Íñigo López de Mendoza, I marqués de Santillana. Se cuenta que en ese tiempo vivía en el castillo una mujer llamada Maricantina que poseía sabiduría en varios ámbitos, por lo tanto era bruja. Esta mujer solía prestar servicios de matrona, curandera o alguna que otra ayuda sexual, estos hechos hacían que gente del pueblo dijeran que tenía tratos con el Maligno. Otra versión cuenta que Maricantina era una pastora de la cual Íñigo se enamoró pero como eran de distintas clases la familia no lo permitió. Esto causó una gran tristeza en ella que la llevó hasta la muerte. Desde entonces se cuenta que su fantasma recorre el castillo entonando bellas canciones. El fantasma de Maricantina se utilizó durante muchos años para alejar a los niños del castillo y que no corrieran ningún peligro, por ello hubo gente que decía que realmente era una bruja buena que les protegía.
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