martes, 25 de agosto de 2020

El jardín de Carlos III

   Antiguamente la medicina no estaba tan avanzada como ahora, por ello en Europa creció una tendencia enfocada al estudio de las plantas como uso medicinal y Madrid no iba a ser una excepción.

  El Real Jardín Botánico de Madrid se construye por expreso deseo de Fernando VI que el 17 de octubre de 1755 ordena crear uno a imagen del que construyó Felipe II en el Palacio de Aranjuez a instancias de médico Andrés Laguna para estudiar el uso de las plantas como medicina. El nuevo jardín se levanta en la Huerta de Migas Calientes, situado en la zona conocida actualmente como Puerta de Hierro muy cerca del río Manzanares. En él hubo más de 2000 plantas, reunidas por José Quer, botánico y cirujano, recogidas en sus viajes o como intercambio con otros botánicos.

  Como la necesidad de hacer crecer el jardín se hizo imperante Carlos III decide en 1774 trasladarlo al paseo del Prado donde se ubica actualmente. Para su proyección se contó con los arquitectos Francesco Sabatini y Juan de Villanueva quienes levantaron las tres terrazas escalonadas, la verja que rodea el Jardín, los emparrados y el invernáculo llamado Pabellón Villanueva. Además colocaron las plantas siguiendo el método Linneo. Las obras concluyen en 1781.

  Desde él se daban clases de botánica con expertos tan prestigiosos como Antonio José Cavanilles además de auspiciarse expediciones a América y al Pacífico para encontrar nuevas plantas. En su interior también se encargaron los dibujos de grandes colecciones de láminas de plantas y se acopiaron importantes herbarios que sirvieron de base para describir nuevas especies para la Ciencia.

  En 1808 la Guerra de Independencia sume al jardín en un gran abandono pese a los esfuerzos de Mariano de La Gasca para mantenerlo vivo. Por ello en 1857 se produce una gran reforma encargada por su director Mariano de la Paz Graells en las cuales se instala un nuevo invernadero que lleva su nombre y remodelan de la terraza superior. Además instalan un zoo que posteriormente se llevó al Retiro.

  Entre los años 1880 a 1890 pierde parte de su terreno para poder construir sobre él el Palacio de Fomento (actual Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación) dejándole con las ocho hectáreas que tiene en este momento. Además en 1886 un ciclón derribó 564 árboles de gran valor.

  Ya en el siglo XX empiezan en su interior investigaciones en el campo de la micología, y adquieren un elevado nivel las desarrolladas en el de la micromicetología. Por ello en 1939 pasa a manos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. 

  Desde 1942 es considerado Jardín Artístico y sigue sirviendo como lugar de investigación pero también se abrió para que los transeúntes puedan deleitarse paseando por él.

El Real Jardín Botánico de Madrid organiza un paseo guiado ...
Imanol Urquizu. Gacetín de Madrid.

 

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