En pleno Barrio de las Letras madrileño se esconde la Iglesia de San Sebastián a la cual se la puede considerar la iglesia de los literatos que en la Villa moraban. Para encontrar los orígenes de este templo nos tenemos que trasladar a la Edad Media cuando en la zona se construye la ermita de San Sebastián, en el camino que iba al Santuario de Nuestra Señora de Atocha, la cual el 1 de mayo de 1541 se convierte en parroquia pero como el edificio era pequeño y amenazaba ruina es derruido en 1550 y se decide levantar uno nuevo.
En 1554 empiezan las obras con diseño de Antonio Sillero pero debido a las dificultades económicas iban muy lentas por ello en 1578 concluyó lo necesario para su funcionamiento pero quedaba todavía toda la decoración. Entre 1595 y 1598 Antonio de la Tijera, Juan de Bulga Valdelastras y Juan de Obregón son los encargados de ampliarla añadiendo las capillas, sacristía, cripta... y en 1612 Lucas Hernández levanta la torre. El resultado fue una construcción bastante sencilla, de estilo barroco y planta de cruz latina.
Años más tarde (siglo XVIII) la iglesia sufrió una remodelación total por parte de Juan Bautista Monegro y Teodoro Ardemans quienes añadieron la capilla de los Arquitectos, Sagrado Corazón, Capilla de Nuestra Señora de la Novena y Capilla de Maravillas de Jesús. Pero por desgracia el templo que vemos actualmente no es el original ya que durante la Guerra Civil un bombardeo lo destruyó por completo siendo reconstruido en 1943 Francisco Íñiguez Almech quien modificó su orientación y dejó la torre inacabada.
Pero lo más interesante de esta capilla es su historia ya que está íntimamente relacionada con los cómicos, artista o escritores ya que en ella se fundó la la cofradía de comediantes de la Virgen de la Novena, el 24 de julio de 1624, además fue el lugar donde fueron bautizados escritores como Ramón de la Cruz (1731) o Jacinto Benavente (1866), se hicieron los funerales de Miguel de Cervantes (1616) o Ventura Rodríguez (1788) y las bodas de Gustavo Adolfo Bécquer y Casta Esteban y Navarro (19/5/1861) o Mariano José de Larra y Josefa Wetoret Velasco (13/8/1829) entre otros muchos. Además es el lugar de descanso del dramaturgo Lope de Vega.
Como último guarda una anécdota relacionada con su desaparecido cementerio ya que se cuenta que en él fue sepultada María Ignacia Ibáñez, la Divina, actriz y amante del escritor José Cadalso quien sumido en una gran pena acudió una noche a desenterrarla pero no pudo hacerlo al ser sorprendido por los hombres del Conde de Aranda (amigo personal suyo) que le obligaron a irse a su casa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario