martes, 1 de diciembre de 2020

El Parador del Convento

   Uno de los reinos más antiguos que hubo en la península fue el de León y gracias a ello encontramos multitud de edificios que han llegado hasta nuestros día.

  En plana plaza de San Marcos de la ciudad de León se halla uno de los edificios renacentistas más importantes de España, el Convento de San Marcos, pero aunque se construyera en el siglo XVI sus orígenes los encontramos mucho más atrás, concretamente en julio de 1152 cuando el rey Alfonso VII de León y gracias a una donación de su hermana la infanta Sancha empieza a construir un edificio que pudiera servir como hospital para los peregrinos que iban a Santiago. La nueva construcción se levantó a orillas del río Bernesga y fue advocada a San Marcos. Sin embargo en 1176 el obispo se lo entrega a don Suero Rodríguez, caballero de la Orden de Santiago quien siguiendo los deseos de Fernando II de León se lo cedió a la orden y se convirtió en priorato y Casa Mayor de la Orden de Santiago en el Reino de León.

  Así duró hasta 1514 cuando el edificio ya estaba demasiado deteriorado, por ello se derriba y se construye uno nuevo gracias a la donación que hizo Fernando el Católico. El diseño fue encargado a Juan de Orozco (iglesia), Martín de Villarreal (fachada) y Juan de Badajoz el Mozo (claustro y sacristía) y comenzaron las obras en 1537, aunque no terminarían hasta 1715. El resultado fue una joya del Renacimiento en estilo plateresco, base rectangular de dos niveles, fachada de más de 100 metros con dos cuerpos. El primero con ventanas de medio punto y pilastras platerescas y el segundo con balcones y columnas con balaustradas. Todo rematado con un zócalo con medallones con personajes como Hércules, Julio Cesar, Fernando el Católico o Felipe II. En su interior encontramos un claustro gótico tardío y rectangular que da paso a la sacristía y a la sala del claustro. 

  Además hallamos una iglesia tardogótica consagrada en 1541 con planta de cruz latina con naves separadas por rejería y en las que destaca su coro con sillería ideada por Juan de Juni y Guillermo Doncel. En su exterior hay dos torres con una bóveda de crucería entre ellas.

  Aunque parezca que siempre fue convento su vida ha sido mucho más larga. Fue prisión en la cual Francisco de Quevedo estuvo preso entre 1639 y 1643, instituto, hospital, Museo de León... pero lo más duro fue durante la Guerra Civil cuando se convirtió en Campo de concentración de prisioneros republicanos. Aunque este aciago pasado ya quedó atrás y desde 1964 es Parador Nacional con categoría 5 estrellas. 



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