Muchos fueron los años que Roma estuvo en Hispania, un tiempo en el cual fundaron varias ciudades cuyos restos aún podemos disfrutar y un ejemplo claro es el Conjunto Arqueológico de Baelo Claudia ubicado en la provincia de Cádiz, a unos 22 kilómetros de Tarifa.
Levantada a finales del siglo II a.C. Baelo Claudia se ubica sobre un bástulo-púnico más antiguo cercano a las poblaciones de Baesippo (Barbate) o Tingintera (Tarifa) y su función principal sería la del comercio con Tingis (Tánger), por ello en la ciudad se desarrolló una gran industria pesquera que les permitió elaborar salazones y el célebre "garum" (una salsa hecha a base de macerar en salmuera trozos de pescado, tripas, huevas y sangre). Gracias a esto la ciudad alcanzó una gran importancia por lo que el emperador Claudio la elevó a la categoría de "municipium" a mediados del siglo I d.C. de esta menera su apogeo llegó entre los siglos I y II.
Pero como siempre pasa su declive llegó por varias causas, Primero por un maremoto ocurrido a mediados del siglo II el cual arrasó con parte de la ciudad, A esto se le sumó la crisis del siglo III (un periodo acaecido entre la muerte del emperador Alejandro Severo, en el año 235, y el ascenso de Diocleciano, en el año 284 que supuso una grave crisis política, económica y social dentro del Imperio) y numerosos ataques de piratas, sobre todo mauritanos, por lo que definitivamente fue abandonada en el siglo IV.
Tras ello la ciudad se sume en el olvido hasta que en 1917 George Edward Bonsor, arqueólogo e historiador francés, empieza su excavación. Unos trabajos que dan como resultado la salida a la luz de una ciudad organizada en torno a un decumanus maximus, E-O, en cuyos extremos estaban las puertas principales y un cardo maximus. N-S. A partir de estas vías aparecen ya las calles donde se ubican los construcciones importantes de la ciudad como el foro o plaza principal, con un pavimento original del siglo I, rodeado de de los principales edificios públicos. Esta plaza era descubierta y se estructuraba con pórticos en tres de sus lados. Dese uno de ellos se accedía al templo del emperador, la curia, y a una sala de reuniones. En ella también había una basílica que servía para tribunal de justicia y otros fines y varias tabernaes y comercios.
De esta manera se han hallado una muralla con más de cuarenta torres de vigía, la curia, el archivo municipal, el foro, la basílica judicial, cuatro templos (tres dedicados a la Tríada capitolina, Júpiter, Juno y Minerva, y uno a la diosa Isis), un teatro con un aforo de 2000 personas, tiendas (tabernae), el mercado (macellum), un recinto cerrado formado por catorce tiendas y un patio interior, y las termas (termae).
Además se ha visto que el suministro de agua llegaba a través de cuatro acueductos que pasaban por una zona industrial llena de fabricas de garum, calles, alcantarillas y otros restos.
Todo esto hace a Baelo Claudia la ciudad romana más completa de la Península Ibérica por lo que es el mejor lugar para conocer como era el urbanismo de la época.
Aparte de esto en ella también se han hallado estatuas, la única copia del Doríforo de Policleto en Hispania, un sepulcro de una noble (en Hispania hay muy pocos) y otros restos arqueológicos conservado en el museo de la Sede Institucional y Centro de Visitantes del Conjunto Arqueológico de Baelo Claudia, creado en 2007 por Guillermo Vázquez Consuegra.
Gracias a todo esto la ciudad es de suma importancia por lo que está declarada Bien de Interés Cultural ya que es uno de los mejores lugares para conocer como era una villa comercial en el sur de Hispania.
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