El porche lorquino

   La Edad Media siempre ha sido una época propicia para el patrimonio ya que contamos con muchas construcciones de ese tiempo.

  Durante la Edad Media las ciudades estaban en peligro constante de ataques por lo que se solían levantar murallas para protegerlas. Además en ellas había que instalar puertas que sirvieran para poder salir o entrar de las localidades y un ejemplo de ello es el Porche de San Antonio (también conocido como de San Ginés) ubicado en el municipio murciano de Lorca.

  Lo que aquí se halla es una torre almenada cuadrada en forma de recodo del siglo XIII y principios del XIV levantada sobre una antigua entrada que había en la muralla cristiana del siglo XII cuyas dimensiones son 8'20 metros en su frontal y 5'30 m en la cara donde se halla el portón, muy al estilo musulmán. En su exterior se observa que se construyó utilizando como cimentación los restos de un antiguo portón musulmán de menor tamaño y que sus muros están levantados con mampostería reforzada con sillares en los ángulos. Además su vano de entrada, de 4'5 metros de luz, está organizado mediante un arco apuntado con tres arquivoltas hechas con molduras concéntricas decoradas de distintas maneras; la primera es lisa, la segunda tiene motivos vegetales y la tercera dientes de sierra que perfilan un arco de sillería con clave partida. Debajo de ellas aparece una imposta corrida ornamenta por vegetales y dientes que sirve de apoyo a los arcos y que a su vez se sostiene por columnas con capiteles labrados en forma de dos leones luchando cuyas zarpas forman las aristas. 

  En su interior se observa que las bóvedas de arista la dividen en dos cuerpos, el primero es la puerta propiamente dicha y el segundo es el acceso a la terraza a través de los adarves de la muralla. En el primer cuerpo hay un pequeño altar con una pintura mural del siglo XIV que representaba a San Ginés de la Jara (a quien primeramente estaba dedicada la puerta) y una bóveda ornamentada con una rocalla con motivos vegetales. Desde aquí, a través de una escalera de madera, se accede a una terraza almenada en la cual había un gárgola con una cabeza de dragón, ya no se conserva.

  Actualmente este lugar cuenta con la categoría de Bien de interés Cultural ya que está en un excepcional estado de conservación lo que la convierte en uno de los mejores ejemplos de arquitectura militar cristiana medieval del antiguo Reino de Murcia.