Multitud de iglesias pueblan las ciudades españolas, templos en los que no solo se realiza el culto sino que también son lugares que nos muestran como ha ido evolucionando los estilos arquitectónicos a lo largo de su vida y un claro ejemplo lo vemos en la Parroquia Santiago Apóstol de Ciudad Real.
El origen de esta iglesia comienza en el siglo XIII cuando, muy probablemente, se levantó sobre una antigua ermita allí existente en lo que entonces se conocía como Pozuelo Seco de Don Gil, además donde ahora está la torre de la iglesia habría una atalaya que serviría para la defensa de la fallida ciudad de Alarcos. Ya en 1255 al rededor de esta torre se levanta una iglesia que serviría como templo de la nueva ciudad allí creada, Villa Real.
Lo que aquí se ve es una iglesia de estilos románico tardío y gótico inicial cuya fachada está levantada en gruesos muros de mampostería con sillares reforzando las esquinas sin decoración alguna salvo canecillos, ventanas y puertas. Además destaca su poderosa torre-campanario que sustituye a la torre defensiva. En cuanto a su interior se observa que posee tres naves (siendo la central más grande que las laterales) separadas por pilares que sujetan arcos ojivales. Además contiene una cabecera formada por tres ábsides góticos cubiertos con bóvedas de crucería.
Este interior sí está más decorado ya que en la clave del ábside central se puede ver un fresco con ocho dragones, en una capilla del S. XVI está el escudo de la Orden de Santiago, en la capilla del Santísimo Cristo de la Caridad están las armas de los Reyes Católicos, en la naves laterales hay capiteles con cabezas humanas y conchas de Santiago Apóstol y en la nave del Evangelio hay un mural gótico donde se ve la Misa de San Gregorio. Pero sin duda lo más importante es el artesonado mudéjar de corte almohade de la nave central el cual se levantó XIV y habría terminado en el XV como así lo atestigua una moneda de la época Enrique III de Castilla que fue encontrada entre el arrobe y uno de los canes y que habría sido acuñada en Toledo entre 1390 y 1406.
El artesonado habría sido encargado por el maestre de la Orden de Calatrava Pedro Muñiz de Godoy y en él se ve que está construido con madera policromada en amarillo oropimente bajo barnices y está decorado con lacería, estrellas octogonales con flores lobuladas, treinta y dos canes policromados con escudos heráldicos y un arrocabe en forma de friso en el que se hayan escudos heráldicos y conchas de Santiago con forma humana.
Actualmente esta joya románico-gótica está considerada la iglesia más antigua de Ciudad Real y gracias a su belleza e historia cuenta con la declaración de Bien de Interés Cultural.
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