martes, 15 de febrero de 2022

El hospital mirobrigense de la Orden de Malta

   Antiguamente también era necesario cuidar a los enfermos, por ello se construyeron edificios a modo de hospital.

  Normalmente las construcciones antiguas que se encuentran en las ciudades son palacios o iglesias pero también hay lugares que eran utilizados como hospitales ligados a la Iglesia o a órdenes religioso-militares y un ejemplo se halla en la salmantina localidad de Ciudad Rodrigo, el Hospital de la Pasión cuyos orígenes nos remontan a la época de los Reyes Católicos.

  Todo comienza el 10 de enero de 1479 cuando doce caballeros pertenecientes a la Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta (Orden de Malta u Orden del hospital) que tenían sede en la iglesia del pueblo deciden fundar la Cofradía de la Sangre de Cristo o de la Pasión para poder atender a los enfermos y menesterosos que hubiera en la localidad y alrededores. Esta función llegó a oídos de los Reyes quienes el 27 de mayo de 1492 decidieron donarles la sinagoga y todos los terrenos que a ella pertenecían para que fundaran una iglesia-hospital que les facilitara su labor. Durante el siglo XVI otros nobles decidieron hacer lo mismo que Isabel y Fernando y fueron aportando dinero o terrenos para poder ampliar sus estancias. Así, por ejemplo, Juana Pérez Piñero, una noble de la localidad, funda una sala para convalecientes que serviría para que gente que era expulsada por no tener fiebre pudiera quedarse en ella hasta reponerse por completo. Pero sin duda fue Felipe II quien les dio el espaldarazo definitivo ya que con su reforma hospitalaria, en la que quería juntar varias instituciones en una, este hospital acoge las funciones de sanatorios como el Hospital de la Piedad (pacientes infecto-contagiosos) o el de Nuestra Señora de Lerilla (peregrinos) para convertirse en el Hospital General de Ciudad Rodrigo.

  El siglo XVIII fue una gran época para él ya que asumió tareas médico-militares gracias a varias contratas de la Corona lo que obligó a reestructurarse, algo que le vino muy bien durante la Guerra de Independencia (1808-1814) cuando acogió a muchísimos heridos. Para 1854 el hospital pasa a manos de las Siervas de María Ministras de los Enfermos fundada por Santa María Soledad Torres Acosta, quien se personó en la ciudad para tomar cargo de él.

  En cuanto al edificio se observa que posee una fachada bastante sobria ornamentada únicamente por algunos escudos y una portada neoclásica que da acceso a un interior donde se hallan las dependencias médicas y la capilla Mayor inaugurada en 1589 presidida por un Cristo en la Cruz obra de Lucas Mitata (1563) e imágenes de María y Juan talladas por Juan de Remesal en 1603. Además, en el siglo XVI contaba  con un patio de comedias para hacer más llevadera la convalecencia de los enfermos pero un incendio lo destruyó y no se pudo rehabilitar hasta el siglo XVIII debido a que el obispo de la ciudad, Cayetano Cuadrillero y Mota, arguyó razones morales para impedirlo.

  Actualmente este edificio sigue con función de servicio pero ya no como hospital sino como residencia de ancianos dirigida por la Fundación Hospital de La Pasión y gracias a su buen estado y su larga historia cuenta con la categoría de Bien de Interés Cultural.



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