No todas las iglesias que vemos actualmente son como se construyeron originalmente, a veces en sus inicios eran de una manera y por circunstancias han ido evolucionando a las actuales. De este tipo hay muchos ejemplos como la Església de la Mare de Déu dels Àngels o Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles de la mallorquina localidad de Pollença.
El origen de este templo data de 1236 al construirse para repartir iglesias por la isla tras la toma de Mallorca en 1229 por parte de Jaime I de Aragón, aunque en 1240 decidió entregársela a la Orden de los Pobres Compañeros de Cristo del Templo de Salomón en agradecimiento por su ayuda en la conquista. Ya en manos Templarias la iglesia se convirtió en un punto de referencia por ello a su alrededor empezó a crearse la localidad de Pollença.
En 1312 la Orden Templaria fue disuelta por lo que sus bienes fueron confiscados y recolocados, en el caso de esta iglesia su titularidad pasó a la Orden de San Juan u Orden de los Hermanos Hospitalarios (con el tiempo transformada en la Soberana y Militar Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta) quienes la mantuvieron hasta 1836. Eso sí, cuando tomaron la iglesia no obtuvieron todo el poder que tenían los Templarios ya que Jaime II aprovechó ese momento para recuperarlo él, con el consiguiente enfadó de la población.
En cuanto a su construcción en un principio la iglesia era más pequeña por ello en 1470 se empezó una reforma que pretendía su agrandamiento pero no sería hasta el siglo XVIII cuando se le da su aspecto actual, más concretamente entre 1714 y 1790 se realizan unas obras que la cambian por completo. De esta manera en su exterior se ve una fachada bastante sobria en la que solo destaca una entrada en arco apuntado en cuyo tímpano está la imagen de la Virgen, un rosetón y restos del campanario del siglo XIV y que fue culminado en 1921.
De ahí se pasa al interior donde se ve un gran planta basilical de una nave culminada en un ábside semicilíndrico cubierto por una bóveda en forma de copiña. Esta nave es ligeramente apuntada y está dividida en siete tramos por arcos torales. Además de ella salen varias capillas laterales abovedadas. En el lado de la Epístola (derecha) están dedicadas a San Francisco Javier, al Cristo de las Almas del Purgatorio, a San Antonio de Viana, a San Sebastián y a la beata Sor Caterina Tomàs i Gallard. Las del Evangelio (izquierda) se advocaron a San José, a la Purísima, a Santiago, a la Asunción de la Virgen y a el Buen Jesús.
Pero sin duda lo que más destaca es toda la decoración barroca que se puede ver en las pinturas del techo, en el Retablo Mayor dedicado a la Mare de Déu dels Àngels creado entre 1752 y 1764 por Pere Joan Obrador y en catorce cuadros que representan el Vía Crucis (aunque ocho de ellos datan del siglo XX y fueron pintados por Atilio Boveri).
Actualmente esta joya barroca sigue en funcionamiento y representa uno de los lugares más importantes de Pollença.
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