sábado, 16 de septiembre de 2023

La casa del vasco en Melilla

   Las casa también pueden tener una arquitectura y una historia digna de contar y eso pasa bastantes veces.

  Melilla es una ciudad en la que se pueden encontrar muchas edificaciones singulares creadas en el siglo XX y un ejemplo de ello es la Casa de Antonio Iraola de Goicochea.

  En 1911 Antonio Iraola de Goicochea le pide a Antonio Baena que levante un nuevo edificio para servir como vivienda. Para ello Baena diseñó un edificio modernista cuyas fachadas se erigieron con mampostería de piedra local y ladrillo macizo además de vigas de hierro y bovedillas del mismo tipo de ladrillo.

  La planta inferior constaba de varios bajos que hasta finales de la década de los 40 fueron utilizados como sede de la Administración de Correos y Telégrafos. Sobre ellos aparecen tres plantas de viviendas formadas por un balcón corrido con rejerías por cada dos ventanas, arcos de medio punto y miradores de madera de dos niveles en las fachadas que dan a la plaza de España y a la calle Ejército Español. Todo se completa con ornamentos circulares y un chaflán con balcones corridos coronado con una cúpula gallonada.

  Este edificio sufrió una gran reforma entre diciembre de 1952 y enero de 1953 llevada a cabo por  J. A. de la Sala por la cual destruyó toda la decoración modernista y la rebajó a regionalista. Actualmente, además, sus bajos fueron modificados para albergar ahora un banco mientras que las casa se mantienen. Pero a pesar de estos cambios su arquitectura le ha valido formar parte del Conjunto Histórico Artístico de la Ciudad de Melilla, un Bien de Interés Cultural.



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