jueves, 9 de noviembre de 2023

El hotel que fue palacio de la emperatriz de Francia

   Castillos se pueden encontrar en cualquier lugar de España debido a la gran cantidad de nobleza que existe.

  España es un país con una gran cantidad de castillos que con el tiempo se han ido adaptando a sus nuevos propietarios. Muchos son los ejemplos y uno de ello es el castillo de Arteaga, ubicado en la vizcaina localidad de Gautegiz-Arteaga.

  El origen de este lugar esta en una torre del siglo XV relacionada con el linaje de Arteaga. Para el siglo XIX ya estaba bastante deteriorada por lo que se necesitaba una gran remodelación y esto lo hizo la emperatriz Eugenia de Montijo (de ahí que también se conozca con ese nombre), mujer de Napoleón III de Francia, ya que era familia de los Arteaga. El motivo fue que a su hijo fue nombrado "vizcaíno originario" por las Juntas de Vizcaya así que quiso agradecérselo. Para ello mandaron desde Francia a los arquitectos que les servían a ellos, es por ello que se asemeja a las fortalezas francesas.

  Lo que ahora se ve es una torre principal, levantada con aparejo de sillería de mármol gris y rojo abujardado, erigida en estilo neogótico y para ello recuperaron los arcos ojivales, las gárgolas con figuras de animales, los vanos geminados y otros elementos de los castillos medievales como serían los merlones, las almenas o los matacanes. Los arcos ojivales se ven en cada una de sus cuatro fachadas, dos en cada una, y parten desde el zócalo hasta la zona más elevada, además dentro de cada uno hay ocho ventanas también en forma de arco ojival. La portada principal cuenta con un gran escudo, la puerta de acceso y se completa con un torreón almenado.

  De ahí se pasa a un interior que consta de sótano y cinco niveles. Abajo del todo es donde se situaban la cocina, la bodega y una sala para el servicio. En la primera estaba el vestíbulo y dos salones con chimeneas neogóticas de mármol gris y de roble y zócalos del mismo material. El segundo albergaba los dormitorios y un oratorio. Los siguientes estaban destinados al servicio de más graduación.

  Por último todo se rodea de una muralla cuadrada con cuatro torreones cilíndricos en cada una de sus esquinas y una única puerta neogótica.

  Del resto de su historia se sabe que aunque lo construyera la emperatriz el matrimonio nunca se alojó en él ya que a la vuelta de Eugenia a España los duques de Alba la alojaron en sus palacios de Madrid y Sevilla.

  Actualmente el castillo ha sido restaurado para darle una nueva función y es que ahora es utilizado como recinto hotelero.



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