En el siglo XX se levantaron multitud de viviendas de un estilo que rompía totalmente con todo lo anterior.
Durante principios del siglo XX la ciudad de Melilla experimentó un gran esplendor en el cual se creó un ensanche donde abundaban nuevas construcciones de viviendas normalmente para gente adinerada. Es por ello que se pueden encontrar un gran ejemplo de este tipo de edificios y uno de ellos es la Casa de José García Álvaro o Casa El Acueducto.
En 1928 José García Álvaro, propietario de la tienda de ropa El Acueducto (de ahí su otro nombre, le pidió a Pedro Martínez que levantara un nuevo edificio para servir como vivienda. Para ello Pedro encargó el diseño a Enrique Nieto y comenzó unas obras que continuaron hasta 1930.
Una vez concluidas dieron como resultado un edificio modernista formado por planta baja, entreplanta, y tres niveles más y cuartos retranqueados en la azotea. Su exterior se levanta con vigas de hierro, mampostería de piedra local y ladrillo macizo para sus muros mientras que los techos se sostienen mediante bovedillas de ladrillo macizo. Además, en ellas, se ve un balcón corrido con balaustres en la primera planta, balcones con rejerías no muy decorados en las siguientes, ventanas con dinteles, pilastras en los paños de las fachadas y culmina en vasos de coronamiento.
Actualmente sigue sirviendo como viviendas, presenta un gran estado y forma parte del Conjunto Histórico Artístico de la Ciudad de Melilla, un Bien de Interés Cultural.
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