Cuando hay reliquias se suelen levantar lugares donde custodiarlas, templos con muchos siglos de historia.
Durante muchos siglos el cristianismo estuvo perseguido y sus creyentes asesinados. Uno de ellos fue Felio de Gerunda quien fue martirizado el 1 de agosto de 304 durante la última persecución de Diocleciano contra los cristianos. Posteriormente fue enterrado en un cementerio que existía a las afueras de la ciudad donde prontamente fue honrado por miles de peregrinos que sembraron el germen de la actual basílica de San Félix o Sant Feliu de Girona.
Se cree que tras la muerte de San Félix en el siglo IV se levantó sobre su tumba una primitiva iglesia o martyrium paleocristiano muy cerca de una antigua calzada romana. Desde su construcción la gente acudía en masa a ella y de hecho el rey Recaredo dio a la iglesia una corona votiva pero tenía un gran problema y es que al estar en extramuros sufrió multitud de ataques cuando los musulmanes conquistaron Girona en el 717 , pero esto no impidió que en ella se empezaran a hacer funciones catedralicias ya que la la iglesia de Santa María que ejercía como ella se había convertido en mezquita mayor.
En el siglo VIII los francos tomaron Girona y decidieron instalar en esta iglesia una comunidad de presbíteros dependiente de la catedral. Esto hizo que se le fueran haciendo una serie de fortificaciones y arreglos hasta la primera gran reforma del siglo XII cuando se realizan la planta y el alzado de la cabecera en estilo románico. Ya en el siglo XIV se hace la segunda cuando se levanta el resto de la estructura en gótica pero no sería hasta el siglo XVI cuando alcanza su máximo esplendor.
De esta manera se observa una iglesia cuyo exterior es predominantemente gótico peo que conserva bastantes rasgos de su románico original. En esta parte también hay un campanario gótico de los siglos XIV y XVI que sustituyó a uno románico. una fachada barroca del siglo XVIII y otros dos accesos también góticos. De ahí se pasa a un interior con planta basilical de tres naves separadas por cuatro arcos formeros de medio punto a cada lado que sujetan un triforio. La nave central, a su vez, culmina en un gran ábside semicircular románico con grandes ventanales góticos mientras que las laterales poseen dos absidiolos, el norte fue convertido en la capilla de san Narciso donde se conserva un sepulcro gótico con los restos del santo. Por último la iglesia tenía un claustro románico que se sustituyó por uno gótico de 1357 pero del que quedan alguno capiteles que se reutilizaron en el ábside.
Del resto de su historia se sabe que siempre fue una iglesia importante para la ciudad pero en 1835 pasa a ser una simple parroquia hasta que en 2011 el papa Benedicto XVI, a petición del obispo de Girona Francesc Pardo, la convirtió en basílica menor, consagrándose el 9 de octubre de 2011, en una misa de Acción de Gracias presidida por el cardenal Antonio Cañizares y el obispo de Girona, Francesc Pardo.
Actualmente esta iglesia, considerada por muchos como la primera catedral de Girona, presenta un buen aspecto, en su interior guarda un valioso mobiliario y una colección de ocho sarcófagos romanos y paleocristianos de los siglos III y IV que se hallaron al levantarse la iglesia. Todo esto hace que la basílica sea de una suma importancia histórico-artística por lo que está catalogada como Bien de Interés Cultural.
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