Alrededor de los palacios surgen edificios que están relacionados con el funcionamiento de la casa del rey.
Para que un edificio funcione bien se necesita de personas que lleven a cabo las funciones esenciales. Pero a estos también hay que darles un lugar donde residir, es así como surgió la Casa de Caballeros y Oficios de la madrileña localidad de Aranjuez.
El origen de esta construcción está en el reinado de Felipe II cuando ordena su levantamiento para albergar al servicio que trabajaba en el palacio. Para ello contó con Juan Bautista de Toledo y, posteriormente, con Juan de Herrera. Se ideó como un edificio independiente pero unido al palacio mediante galería porticada.
Durante el siglo XVII sus obras se ralentizaron hasta que en el XVIII se impulsó su finalización apoyado por los arquitectos Pedro Caro Idrogo, Giacomo Bonavia y Jaime Marquet. Finalmente es culminado bajo el reinado de Carlos III.
Se trata de un edificio rectangular de dos niveles articulado en torno a dos patios cuadrados.La fachada es de ladrillo visto y cajones de mampostería y en su parte baja se compone una galería de arcos de medio punto rebajados y pilastras que sujetan una terraza que recorre toda la planta superior.
En el siglo XIX se cambió su función a usos administrativos por lo que hubo que adaptarlo por completo. Pero la reforma más importante se hizo tras la Guerra Civil ya el ala norte de la Casa de Oficios se derrumbó y hubo que reconstruirla
Actualmente presenta un gran estado y es utilizada como casas particulares por ello solo es posible visitar su exterior. Además es Monumento Histórico-Artístico desde el 3 de junio de 1931, lo que ahora es llamado Biende Interés Culturaly forma parte del conjunto Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO "Paisaje cultural de Aranjuez".
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