viernes, 24 de abril de 2020

El ilustre Paco

  Madrid es un lugar lleno de historias y leyendas, entre ellas hay una muy curiosa que tiene como protagonista un perro callejero.
   Paco, como era conocido nuestro protagonista por las gentes de Madrid, era un perro que se solía pasear por los cafés de la Puerta del Sol y de la calle Alcalá.
  Un día de un mes de octubre a finales del siglo XIX, se coló en el desaparecido Café de Fornos (calle Alcalá, 21) para encontrar algo de comida. Estando dentro se acercó al marqués de Bogaraya que, haciéndole gracia las peripecias del perro, decidió darle un hueso y además llamarle Paco por ser el día que se celebraba la festividad de San Francisco de Asís (Santo Patrón de los animales).
  El marqués era asiduo al café y Paco, desde entonces, también, pero si un día no conseguía nada en ese café, simplemente cruzaba la calle e iba al Café Suizo que estaba enfrente.
  Su actitud cayó en gracia a los habituales de las tertulias de los cafés y su historia saltó a la prensa. Tanta fue su fama que era el único perro que era admitido a que entrara en los cafés, se le componían canciones o acudía a los toros.
  Uno de los días que estaba en la plaza, concretamente el 21 de junio de 1882, saltó al ruedo a hacer cabriolas, cosa que hacía normalmente, pero el novillero tenía una mala tarde, se tropezó con él y cabreado le dio una estocada. Este hecho hizo que toda la grada intentara linchar al novillero porque había herido al perro más querido de Madrid. Solo la intervención de Felipe Ducazal, empresario teatral muy conocido y admirado, permitió que el novillero saliera vivo de allí.
  Felipe también se llevó a Paco para que fuera curado, pero no se recuperó y murió a los pocos días. Finalmente fue enterrado en algún lugar del parque del Retiro, tras una breve etapa en la que estuvo disecado en una taberna.
  Quizá la historia de Paco nos ayude a recordar como un animal puede ser un gran amigo y que nunca se debería tolerar ningún tipo de maltrato hacia ellos.
Ilustración de Carmen Romero

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