Muchas veces caminando por la ciudad podemos encontrar edificios que a primera vista no nos llaman la atención, ya sea por su fachada humilde o porque están escondidos entre recovecos.
Uno de estos edificios es la iglesia de San Antonio de los Alemanes, ubicada en la calle Puebla, 20, que contiene todos los elementos para ser una de las construcciones con mayor belleza de Madrid.
Su fundación se debe a Felipe III en 1624 para la advocación de San Antonio de Padua. En su construcción intervinieron los arquitectos Pedro Sánchez, Francisco Seseña y Juan Gómez de Mora.
Felipe III cedió la iglesia y el hospital contiguo a peregrinos portugueses que estaban en la capital, por eso su nombre inicial fue San Antonio de los Portugueses. En ese momento Portugal pertenecía a la corona española, por ello era muy grande la colonia de portugueses en España.
En 1640 Portugal se desliga de España, quedándose el templo vacío, hasta que en 1689 Mariana de Austria se lo cede a los alemanes católicos que acompañaron hasta Madrid a Mariana de Neoburgo, segunda mujer de Carlos II. Desde entonces fue conocida como San Antonio de los Alemanes.
Lo especial de esta iglesia es su interior cuya decoración fue encargada a grandes pintores de la época. Francisco Ricci, que se dedicó a la decoración de la cúpula creando una composición arquitectónica con la técnica del trampantojo que fue culminada por Francisco Carreño de Miranda con la pintura "San Antonio ascendiendo hacia la Virgen".
Luca Giordano decoró a los muros, pintando diferentes frescos que representan varios milagros del santo, sobresaliendo "El milagro de la mula o San Antonio curando la pierna que un joven perdió al dar una patada a su madre" y la serie de los santos reyes, Enrique II de Alemania, Luís IX de Francia y San Esteban de Hungría.
Los arcos-hornacina de medio punto fueron decorados por varios artistas, el dedicado al Calvario es de Giordano.
Asimismo, son notables las pinturas de Eugenio Cajés, que pintó a "Santa Engracia", y Nicolas de la Cuadra con los retratos de los reyes (de Felipe III a Felipe V y dos reinas, María Ana de Neoburgo y María Luisa de Saboya). Además de un retrato de Mariana de Austria, atribuido a Francisco Ignacio Ruiz de la Iglesia, que se guarda entre sus paredes.
El retablo es neoclásico, prevaleciendo la escultura de "San Antonio y el niño" de Manuel Pereira.
La iglesia además posee una cripta donde están enterradas las infantas Berenguela de Castilla y Constanza de Castilla.
Es por esa decoración interior por lo que se la conoce como la "Capilla Sixtina" madrileña.
Siempre es un placer pasear por la ciudad y poder conocer todos sus secretos. Algunos están escondidos pero así hace más satisfactorio su descubrimiento.
Fotos Luís García (Zaqarbal) y minube.com |
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