La escritora sin rostro

  El siglo XVII, Siglo de Oro de la literatura española es conocido por autores como Quevedo, Lope o Cervantes. Pero también hubo escritoras que han pasado bastante desapercibidas a la historia pero que fueron igual de importantes.

  María de Zayas y Sotomayor nació en Madrid en 1590 hija de María Barrasa y Fernando de Zayas y Sotomayor, miembros de la baja nobleza. Él era capitán de infantería y obtuvo el hábito de la Orden de Santiago en 1628.

  Su residencia habitual era Madrid aunque se cree que también vivió en Nápoles y Zaragoza. Poco más se sabe de su vida. Sus datos están extraídos de textos suyos que presuntamente serían autobiográficos. De ellos se extrae que fue una mujer muy comprometida con el feminismo de la época, que era muy escaso pero existía.

  A partir de 1647 no se sabe más sobre María, por lo que suponemos que murió ese año pero no está claro ni cuando ni donde.

  Tuvo una extensa obra y fue alabada por escritores como hizo Lope de Vega en su obra "El laurel de Apolo". Entre las academias literarias de la Villa también fue muy aclamada.

  En teatro escribió una obra "La traición en la amistad", editada por primera vez en el siglo XX, cuatrocientos años después de ser escrita.

  Su fama de escritora se debe sobretodo a dos obras que publicó en Zaragoza, "las Novelas amorosas y ejemplares" de 1637 y "la Parte segunda del Sarao y entretenimiento honesto" en 1647. Ambas obras tuvieron un gran éxito internacional y fueron editadas en varios idiomas.

  Durante el siglo XVII no tuvo ningún problema de censura pero un rebrote de misoginia y puritanismo en el siglo XIX y principios del XX censuraron sus escritos y los describieron como "libertinos" u "obscenos".

  A finales del siglo XX es cuando su fama vuelve a resurgir, gracias a la crítica feminista ya que su obra estaba centrada en luchar contra las normas y educación de su época ya que la consideraba castradora e intentaba que mejorara el estatus de la mujer en un tiempo en que valía la sola palabra de un hombre para defenestrar a una mujer.

  Ante todo fue una gran novelista que sabía construir historias nuevas e interesantes con una gran habilidad y destreza.

  En 2019 se publicó un estudio firmado por Rosa Navarro Durán que ponía en duda la existencia de María ya que sería un seudónimo de Alonso Castillo Solórzano. Esta hipótesis, fue totalmente descartada por otros investigadores.

  Hay muchas más mujeres olvidadas por la historia y de las que iré contando sus vidas y obras para darles el homenaje y el sitio que merecen.