Caminando por el Madrid de los Austrias nos podemos topar con una de las plazas que mejor conserva el aire medieval que un día tuvo la ciudad.
La Plaza de la Villa se encuentra en el centro histórico del Madrid, delimitada por las calles Mayor, del Codo, del Cordón y Madrid.
Es de origen medieval y fue uno de los grandes núcleos de su época al estar en un punto medio entre la puerta de Guadalajara y la de la Vega que eran dos de los accesos más importantes de la ciudad y muy cerca del Alcázar.
Su nombre original fue plaza de San Salvador porque también se encontraba allí la iglesia de San Salvador, lugar donde se ubicaba el Concejo de Madrid hasta la construcción de la Casa de la Villa en 1693 donde se reunió desde entonces. La iglesia fue derruida en 1842. Desapareciendo entre sus escombros el cuerpo de Pedro Calderón de la Barca que estaba allí sepultado desde 1681.
El Concejo de Madrid databa de 1202 cuando Alfonso VIII de Castilla dotó a Madrid unos fueros que desde entonces dictaron las normas que debían regir en la Villa.
La plaza consta de varias edificaciones que son realmente las que le dan ese aire antiguo y que todavía son utilizados para distintos usos. La Torre de los Lujanes, la Casa de Cisneros y la Casa de la Villa. Alberga también el monumento a don Álvaro de Bazán.
-La Casa y Torre de los Lujanes: de estilo mudéjar es el edificio civil más antiguo de Madrid. Consta de dos partes, la casa es de la primera mitad del siglo XV y perteneció a Juan de Luján.
La torre fue construida por don Álvaro de Luján en 1494. Esta construcción es de base cuadrada, con tres alturas y una torreta con cubierta a cuatro aguas coronándola.
Dos leyendas podemos encontrar en esta torre. La primera dice que tras la batalla de Pavía, cuando el ejército de Carlos I capturó al rey francés Francisco I y le trajo a Madrid le alojó en esta casa. Este hecho nunca ocurrió puesto que Francisco fue retenido en el antiguo Alcázar. Aunque sí hay historiadores que cuentan que se hospedó allí hasta que se acondicionaran sus estancias en palacio y que además nunca quiso inclinarse ante Carlos por lo que el emperador habría construido una pequeña puerta para obligar a Francisco a salir agachado.
Otra nos cuenta porque en la fachada encontramos tres escudos, uno en el centro y de manera vertical, uno a su izquierda y otro a su derecha, ambos ladeados. El escudo del centro es el de los Luján y los otros dos los de los hijos de don Álvaro, pero se cuenta que están torcidos porque aunque fueran sus hijos, y por lo tanto lujanes, eran bastardos por ello estarían inclinados.
 |
| Foto Luis García (Zaqarbal) |
-La Casa de Cisneros: construida en lado sur en 1537 por Benito Jiménez de Cisneros, sobrino del cardenal Cisneros. Es de estilo plateresco y sirvió como residencia para varias familias nobles. En esta casa también fue retenido Antonio Pérez. En 1909 fue adquirida por el ayuntamiento.
 |
| Foto losminimos |
-Casa de la Villa: en 1629 Felipe IV le encargó a Juan Gómez de Mora un nuevo edificio para las reuniones del Concejo. Acabado en 1593, sirvió como ayuntamiento de Madrid hasta 2007 cuando se trasladó al Palacio de Cibeles.
Su galería de columnas que da a la calle Mayor fue levantada por Juan de Villanueva a finales del siglo XVIII.
 |
| Foto Pazit Polak |
La casa de Cisneros y la Casa de la Villa están conectados por un pasadizo levantado en el siglo XX por Luis Bellido manteniendo la éstetica de ambos edificios.
 |
-Monumento a don Álvaro de Bazán, esta estatua está dedicada a don Álvaro de Bazán y Guzmán (1526-1588), I marqués de Santa Cruz de Marcenado, grande de España, II señor de las villas del Viso y Valdepeñas, comendador mayor de León y de Villamayor, Alhambra y La Solana en la Orden de Santiago; miembro del Consejo de su Majestad Felipe II, capitán general del Mar Océano y de la gente de guerra del Reino de Portugal.
Se levantó en el tercer centenario de su muerte. Es obra de Mariano Benlliure en bronce y se sostiene sobre un pedestal de Miguel Aguado. Se inauguró el 19 de diciembre de 1891.
En su parte posterior se pueden leer versos de Lope de Vega que rezan.
El fiero Turco en Lepanto,
En la Tercera el Francés,
Y en todo mar el Inglés
Tuvieron de verme espanto.
Rey servido y patria honrada
Dirán mejor quién he sido,
Por la cruz de mi apellido
Y con la cruz de mi espada.
MDCCCXCI
 |
Cada paseo por Madrid es un nuevo foco de descubrimiento y cada rincón guarda toda la esencia de una ciudad que ha estado fluyendo vida desde fundación.
 |
| Foto Jean-Pierre Dalbéra |
No hay comentarios:
Publicar un comentario