En la calle Alcalá esquina con Gran Vía nos encontramos la iglesia de San José, perteneciente al antiguo convento de San Hermenegildo, fundado en en 1586 por fray Nicolás de Jesús y María.
La iglesia primitiva databa de 1605 hasta que fue demolida en el siglo XVIII, encargándose en 1730 un nuevo edificio a Pedro de Rivera y terminada en 1748 por José de Arredondo y Fausto Manso.
Por su parte la parroquia de San José fue erigida por por Bernardino Fernández de Velasco, XI duque de Frías, en su palacio en 1745. Pero a raíz de la desamortización de Mendizabal de 1836 el monasterio fue demolido para construir el teatro Apolo, el cual ahora se encuentra en otra ubicación, y la iglesia se convirtió en la parroquia de San José, desapareciendo la fundada por el duque.
Es una iglesia barroca sobre cruz latina, dos naves laterales y una central. Su interior es rico en decoración, destacando la capilla de Santa Teresa, distribuida como una pequeña iglesia. Además son destacables el Cristo del Desamparo (conocido como de los Siete Reviernes o de los Reviernes), esculpido por Alonso de Mena, y San José, obra de Luis Salvador Carmona. La imagen de Nuestra Señora del Carmen de la nave central es del escultor francés Robert Michel. Su enrejado exterior fue forjado por Juan Gil.
Es sede canónica de la Pontificia, Real, Ilustre y Primitiva Archicofradía de Indignos Esclavos del Santísimo Cristo del Desamparo. Además fue el lugar donde Lope de Vega cantó misa por primera vez en 1614.
Aparte de toda la historia y arte que atesora esta pequeña parroquia lo que más sorprende quizá sea la historia de la Dama del Carnaval o Dama de la Rosa blanca, según la versión que se cuente.
Nos situamos a mediados del siglo XIX en los carnavales de 1853. En una de las múltiples fiestas que se celebraban había un hombre joven, que aunque había estado bebiendo y divirtiéndose, se sentía solo así que decidió retirarse sobre las ocho de la tarde. Cuando ya se iba a ir vislumbró a una hermosa mujer, con el pelo negro liso y largo, vestida de blanco y la piel clara. Al momento se quedó prendado.
Como ella parecía estar sola como él, se acercó, pasando una muy buena noche bailando, hablando e incluso coqueteando.
Una vez acabada la fiesta siguieron hablando un tiempo hasta que ella dijo que se tenía que ir a la iglesia de San José. Él insistió en acompañarla a casa pero ella se negó, se despidieron en los alrededores de la parroquia y quedaron para verse al día siguiente en la puerta de la iglesia.
Llegando la mañana el joven se apresuró a ir a San José para preguntar al párroco, ya que creía que sería alguna sirvienta o familiar de él, pero antes de poder hacerlo se encontró con un funeral. Curioso, decidió asomarse para ver quien había fallecido y horrorizado descubrió que la muerta era la chica con quien había estado por la noche. Asustado salió huyendo. Al verlo una amiga de la dama le siguió y le preguntó que si la conocía a lo que el contestó que sí y que había pasado la noche con ella. La mujer entonces contó todo con estas palabras "¡imposible!, justo a la hora a la que dices haberla conocido ella falleció, pero quédate al funeral, ¿sabes que estaba loca por ti, pero nunca se atrevió a decírtelo?"
Hay otra versión que dice que el joven era un embajador extranjero y tras la fiesta la chica, que portaba una rosa blanca, le pidió que la siguiera llegando hasta San José. Una vez allí le dijo "acompáñame dentro". Él al principio se negó pero al final cedió. Dentro vio junto al altar un ataúd cerrado, rodeado por cuatro velas apagadas. Tras esa visión le dijo a la dama que se fueran pero ella contestó; "No puedo irme; mi sitio está en esa caja, mañana me enterrarán". Asustado, huyó pero regresó al día siguiente comprobando que efectivamente había un funeral y al acercarse al féretro reconoció a la mujer de la noche anterior, muerta, con las manos cruzadas y con la rosa blanca entre ellas, marchitándose.
Sea cual sea la versión, la historia de la dama se ha contado de generación en generación convirtiéndose en una de las leyendas más famosas de Madrid.
Foto Luis García (Zaqarbal) |
Zarateman |
Foto Luis García (Zaqarbal) |
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