Entre la calle Alcalá, paseo de Recoletos y paseo del Prado se encuentra la plaza de Cibeles, donde podemos encontrar una fuente en honor a esta diosa.
Carlos III quería renovar la zona del paseo del Prado en un proyecto que ideó en 1776 y que llevaba el nombre de Salón del Prado. Para ello encargó nuevos edificios, monumentos y fuentes siguiendo la moda de la época, el neoclasicismo.
Para este fin el Consejo de Castilla, presidido por el conde Aranda, encomendó al Maestro Mayor de la Villa y de sus Fuentes y Viajes de Agua, el arquitecto Ventura Rodríguez Tizón, la creación de varias fuentes (Cibeles, Neptuno y Apolo) en 1777.
Para la fuente de Cibeles, Ventura empezó diseñándola en papel y a lápiz para posteriormente encargarle al escultor Miguel Ximénez dos esculturas en madera con detalles en cera para que sirvieran de modelo. Además de darle instrucciones al cantero Domingo Pérez para la extracción de la piedra que necesitaba.
Las obras se iniciaron en 1780, con la participación de varios escultores que ejecutaron cada una de las partes de la fuente. El cuerpo de la diosa fue esculpido por Francisco Gutiérrez, los leones eran de Robert Michel y la ornamentación de Miguel Ximénez.
Oficialmente las obras fueron terminadas en 1782 con su colocación en el inicio del paseo del Prado y mirando hacia Neptuno, aunque en 1791 Villanueva le añadió dos caños recubiertos por la estatua de un grifo y un oso, obras ambas de Alfonso Bergaz. Con la añadidura de estos canales se le daba utilidad pública ya que se recogía agua de ellos. Ambas esculturas se retiraron en el siglo XIX y se depositaron en el Museo de los Orígenes de Madrid.
Su traslado definitivo al centro de la plaza y cambando su orientación hacia la Puerta del Sol se dio en 1895, añadiéndole decoración en la parte trasera del carro.
La fuente está dedicada a la diosa frigia Cibeles que encarnaba a la madre tierra. Va montada en un carro tirado por dos leones de apariencia masculina que en realidad son Atalanta e Hipómenes.
El mito dice que Atalanta. que estaba consagrada a Artemisa, debía mantenerse siempre virgen puesto que un oráculo le había advertido que el día que se casara se convertiría en animal. Este presagio hizo que rechazara multitud de pretendientes. Hasta que anunció que se casaría con aquel que pudiera ganarle en una carrera y el que perdiera moriría.
Hipómenes enterado decidió participar y para ello se sirvió de la ayuda de Afrodita. La diosa del amor le consiguió tres manzanas doradas del jardín de las Hespérides, que una vez empezada la carrera tiraría para despistar a Atalanta. Y así lo hizo, consiguiendo ganar la carrera y por tanto casarse con ella.
Tras el matrimonio quisieron consumarlo, eligiendo para ello un templo dedicado a Cibeles. La diosa al verlo, enfureció y los castigó a convertirse en leones, aunque Atalanta es una mujer ambos tienen aspecto de león macho, y a tirar de su carro.
Como curiosidad esta fuente sirve como lugar de celebración de los triunfos del Real Madrid, cosa que le ha traído más de un desperfecto como la amputación de brazos.
Cibeles es la primera de las tres fuentes hermanas que se colocaron a lo largo del paseo. Apolo y Neptuno completan este trío de los que hablaré en próximos post.
Foto Carlos Delgado |
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