jueves, 2 de julio de 2020

El cocodrilo y el decapitado

  En una vía tan transitada como es la calle Arenal nos encontramos una pequeña iglesia pero cargada de bastante historia y leyenda.
  La iglesia de San Ginés de Arlés fue levantada en 1645 sobre una antigua iglesia mozárabe del siglo XI construida en el antiguo arrabal de San Ginés, que tomó su nombre de la iglesia. Está dedicada al santo francés Ginés de Arlés que vivió en el siglo IV.
  De tamaño no muy grande y planta de cruz latina con tres naves con capillas a los lados, siendo la central más alta que las laterales y separada de ellas por arcos de medio punto, además sobre el crucero se erige una cúpula.
  Pero a pesar de ser pequeña tiene un gran patrimonio artístico. En su cabecera encontramos tres retablos de estilo neoclásico y factura moderna y sus colaterales poseen dos tallas una de la Virgen de Valvanera atribuida a Pedro Alonso de los Ríos y otra de San José de Juan Adán. El altar mayor es una reconstrucción de Juan Antonio Cuervo que se tuvo que hacer tras un incendio en 1824 que afectó a la cabecera y está presidido por el Martirio de San Ginés de José San Martín.
  A los pies de la nave encontramos la Anunciación de Luca Giordano, un San Juan Bautista de Juan Pascual de Mena y un Cristo resucitado de escuela madrileña. Pero sin duda la obra más importante es la Expulsión de los mercaderes del templo o Purificación del templo de El Greco, de la cual hizo varias versiones. Esta obra se exhibe con un horario concreto.


  En cada una de sus capillas podemos encontrar más obras aunque de menor entidad que las anteriores. Pero gracias a la unión de todas ella el edificio fue declarado monumento histórico-artístico nacional en 1982.
  Hay también una cripta pero no puede ser visitada salvo por los familiares de los allí enterrados.
  Entre los hechos históricos encontramos que aquí fue bautizado Francisco de Quevedo en 1580, la boda de Lope de Vega e Isabel de Urbina en 1588 y el funeral de Tomás Luis de Vitoria en 1611.
  La iglesia no ha estado exenta de leyendas, en concreto tiene dos.
  Cuenta la tradición que una noche entraron unos ladrones para robar los cálices, cruces y otros objetos de valor pero no se percataron que había un anciano rezando. Este al darse cuenta les amenazó con denunciarles por lo que los rateros le mataron con crueldad y luego le decapitaron dejando la cabeza a varios metros del cuerpo y muchísima sangre. Como el asesinato causó una gran conmoción el rey juró venganza.
  Se decía entonces que el fantasma de un hombre sin cabeza se paseaba por la zona esperando resolver su crimen, por lo que se decidió ejecutar a unos herejes, pero el espíritu volvió por lo que se cree que eran inocentes y que el asesinato sigue sin resolverse.
  La segunda relata que en la Capilla de la Virgen de los Remedios se podía ver a los pies de la virgen un gran cocodrilo disecado traído por por Alonso de Montalbán, aposentador de los Reyes Católicos. La leyenda dice que Alonso estando en un barco hacia América se topó con un ataque de cocodrilos por lo que se refugió en la isla de Portobello, pero allí tampoco estaban a salvo ya que un gran cocodrilo les atacó por lo que se encomendaron a la virgen, en ese momento un árbol cayó sobre el reptil matándole. En reconocimiento a su ayuda trajo los restos, los cuales ya no encontraremos ya que se dice que un párroco cansado de los curiosos los enterró bajo el altar o tiro sus restos a la basura.
  San Ginés es una de las iglesias más antiguas de la capital y solo por la obras de arte que alberga merece la pena una visita o quizá para ver el fantasma o buscar el cocodrilo.

Luis García (Zaqarbal)

Luis García (Zaqarbal)


 

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