martes, 28 de julio de 2020

Las últimas brujas

  España es un país donde tenemos multitud de leyendas que intentan demostrar cosas que han ocurrido o hechos en apariencia inexplicables.
  Las Brujas de Zugarramurdi es una de estas historias que han perdurado hasta nuestros días y que se han hecho tan sumamente famosas que incluso tienen su propia película.
  Zugarramurdi se sitúa en la comarca navarra de Xareta muy cerca de la frontera con Francia. Es un pueblecito muy pequeño con apenas 250 habitantes. 
  Viajamos al principio del siglo XVII cuando la mayoría de su población vivía de lo que la naturaleza les daba. Estaban rodeados de pinos, castaños, olmos y verdes prados y estaban versados en el uso de hierbas, plantas y hongos medicinales que eran utilizadas por las curanderas, son a ellas a quien se las conoce como brujas.
  En enero de 1609 una chica de 20 años llamada María de Ximildegui y que había llegado desde Ciboure (País Vasco francés) para servir en una casa aseguró que había participado en un rito en honor a Lucifer y que tras haber sido untada por una pócima había comenzado una rara danza para invocar al Diablo. Enterado el abad del monasterio de Urdax denunció los hechos a la Inquisición.
  A la localidad llegaron los inquisidores Juan Valle Alvarado y Alonso de Becerra: "Pasaron varios meses en Zugarramurdi y recogieron muchas denuncias, según las cuales quedaban inculpadas hasta cerca de trescientas personas por delitos de brujería" relató después Julio Caro Baroja.
  Su presencia causó un gran revuelo en la localidad, aunque antes de la llegada del Santo Oficio las autoridades civiles ya habían realizado varias detenciones, algo que a la Inquisición no gustó porque creían que les estaban usurpando funciones.
  Los inquisidores arrestaron 40 personas , la mayoría mujeres, que fueron trasladadas a Logroño, destacando Graciana de Yriart y sus dos hijas, Estevanía y María, quienes habían ido a declarar voluntariamente pero fueron acusadas igualmente.
  En junio de 1610 veintinueve de los acusados fueron declarados culpables y el 7 de noviembre se produjo el Auto de Fe, el último que hubo en España, el cual fue visto por unas 3000 personas,18 de ellos finalmente fueron absueltos tras pedir clemencia y perdón, salvo María de Zozaya que aunque hizo lo mismo se la consideraba maestra de la hechicería por lo que también fue condenada. Los 11 restantes fueron quemados, 6 vivas María de Arburu (de 70 años), Graciana Xarra (76), María Baztán de Borda (68), María de Echatufe (54), Domingo de Xubildegui (50) y Petri de Juangorena (36) y las otras cinco en efigie (una escultura hecha con sus huesos) ya que habían muerto antes; Maria de Zozaya (80), María de Echalecu (40), Estevanía de Petrisancena (37), Juanes de Echegui (68) y Juanes de Odia (60).
  Después de este dolor la propia Inquisición, a petición del obispo de Pamplona que veía como la sociedad estaba deteriorándose, en 1613 se arrepintió del juicio y declaró que todo se había basado en falsos testimonios siendo su única reparación eliminar los sambenitos que colgaban de sus casas.
  Los hecho en Zugarramurdi acabaron con la persecución de brujas en España pero la Inquisición no se disolvió hasta 200 años después.

Gaël Chardon

Cueva de Zugarramurdi.
elespañol.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario