Los momos de Zamora

   Debido a nuestra historia siempre ligada a la nobleza en España podemos encontrar multitud de palacios que servían como morada para ellos.

  En el casco antiguo de Zamora, más concretamente en la Calle San Torcuato encontramos el Palacio de los Momos levantado a principios del siglo XVI por  Pedro Rodríguez de Ledesma, comendador de Peñausende, caballero de la Orden de Santiago y regidor de Zamora para servir de morada para su mujer, María de Herrera, y para él. Para ello su mayorazgo adquirió un solar que pertenecía a Constanza de Almarza.

  Se trata de un edificio de dos plantas de base rectangular y en estilo renacentista pero con abundante decoración del gótico florido o isabelino que todavía coleaba por aquella época, como escudos, bolas, cadenas o motivos florales, zoomorfos y humanos. Una vez construido recibió el nombre de los Momos muy probablemente debido a las obras teatrales que se realizaban en la plaza en donde se situaba su fachada pero también es conocido como casa de los Sanabria.

  Su fachada posee grandes ventanales ricamente decorados pero de diferente manera. Las superiores están divididas en dos por una fina columna y decoradas con motivos vegetales y zoomórficos, mientras que las inferiores son mucho más sencillas, decoradas con un sencillo alfiz decorado con bolas.

  Se hayan también dos puertas pero descentradas al eje de la fachada. La principal es un arco de medio punto hecho con grandes dovelas y con dos escudos lisos sobre él y por encima de ellos un gran escudo representativo de la familia Ledesma y sujetado por dos figuras desnudas. La segunda puerta también de medio punto, tiene una cadena esculpida en las dovelas del arco de medio punto.

  Por desgracia el palacio actual no es exactamente el original ya que durante el reinado de Carlos II sufrió un derrumbe debido al abandono de su propietario Pedro Rodríguez de Ledesma y Alarcón, marqués de Palacios. 

  El palacio fue reconstruido conservando su fachada principal y sirvió como como mesón y casa de arrieros hasta que en el siglo XX se convierte en Audiencia Provincial o Palacio de Justicia de Zamora.

  Gracias a la conservación de la fachada, declarada Monumento Nacional el 14 de noviembre de 1922, Zamora guarda en su corazón una autentica joya renacentista.