Un castillo de cuento en Vizcaya

   Hubo una época en la que los nobles, reyes y señores construían grandes castillos que servirían como morada pero también para demostrar su poder.

  En pleno corazón de Bizkaia y situado en la pequeña localidad de Gatika se encuentra un castillo que parece totalmente sacado de un cuento de hadas, su nombre es castillo de Butrón y su historia está ligada a una de las familias de banderizos más temidas de Castilla.

   La construcción de este castillo se debe al linaje de los Butrón que levantaron esta torre medieval en el siglo XI sobre los restos de la antigua casa de los Butrón que construyó el Capitán Gamíniz en el siglo VIII en la Anteiglesia de Gatika sobre el peñascal de Gantzurritz. 

  Los Butrón, descendientes de los Haro señores de Bizkaia, siempre fue un linaje bastante temido y pendenciero que tuvo problemas y guerras con otros banderizos vizcainos es por ello que en el siglo XIV construyen una fortaleza en torno a la antigua torre. Pero todo cambia en 1468 cuando se produce una batalla en Elorrio entre los Marzana del bando gamboino y los Ibarra aliados de Butrón. La batalla fue muy cruenta y mueren muchos soldados es por ello que los Reyes Católicos intervienen y destierran a todos los banderizos a Granada quedando el castillo abandonado.

  Llega el siglo XIX y el castillo es propiedad de don Narciso de Salabert y Pinedo marqués de Torrecilla quien decide levantar uno nuevo sobre las ruinas del antiguo, para ello utiliza las rentas que obtiene de los caserío vizcainos que poseía y pide al marqués de Cubas que lo diseñe. Para su erección se inspira en los castillos de Baviera con formas góticas, nórdicas y fantásticas, inventándose almenas, cubos y ventanas. 

  Las obras empiezan en 1879 con Nicomedes de Eguiluz como constructor y Adolfo de Areizaga como escultor. Pero las obras fueron lentas debido a la escasez de dinero y no se terminan hasta el siglo XX. Una vez terminado a su alrededor se creó un jardín 35000 metros cuadrados con multitud de árboles exóticos que le dan ese aspecto de cuento. Desde entonces el castillo ha pasado por varias manos como los Duques de Medinacelli y la Duquesa de Cardona. 

  Actualmente es una de las fortalezas más destacadas de Vizcaya que hará la delicias de todo aquel que se acerque a verlo pero solo su exterior ya que no se puede visitar su interior.