jueves, 8 de octubre de 2020

El Cristo de las 30 monedas

   En España hay multitud de imágenes veneradas ya sea por los milagros que se le atribuyen o por simple devoción. Una de las más adoradas se encuentra en el centro de Madrid.

  En pleno Barrio de las Letras madrileño encontramos un lugar de oración que es bastante conocido en la capital. La basílica de Nuestro Padre Jesús de Medinaceli se levantó entre 1922 y 1929 para sustituir al antiguo convento de trinitarios descalzos de Nuestra Señora de la Encarnación construido en 1606 por Francisco Gómez de Sandoval, duque de Lerma, pero el paso del tiempo no tuvo piedad con él y su estado hizo obligatorio su derribo.

  El nuevo edificio fue construido por Jesús Carrasco-Muñoz y Encina en estilo ecléctico con planta de cruz latina, de tres naves siendo la central más ancha. En su exterior tiene reminiscencias barrocas con un ventanal central en forma de serliana y frontón triangular. 

  Pero lo más importante que guarda es un Cristo ubicado en el camarín de la parte alta del presbiterio. Esta escultura es una de las imágenes más adoradas de Madrid y tiene su propia leyenda.

  Retrocedemos a la primera mitad del siglo XVII y viajamos a Sevilla. En esa época se realiza la  imagen de un Cristo Nazareno que posteriormente es mandada al fuerte Mámora (actual Mehdía, Marruecos) para servir en los ritos religiosos. El problema surge en abril de 1681 cuando el sultán musulmán Musley Ismael toma la ciudad y entre el botín saqueado se lleva la imagen a Mequínez también en Marruecos. 

  Allí la imagen es arrastrada por las calles de la ciudad para celebrar esta victoria. Este espectáculo es presenciado por el trinitario Fray Pedro de los Ángeles que estaba allí negociando la liberación de varios cristianos. Horrorizado decide que debe salvar la imagen y va a negociar con Musley. Es aquí cuando surge la leyenda que dice que para su rescate el sultán pidió el peso del Cristo en monedas de oro. Así se acordó, se colocó la imagen en un plato y en el otro Pedro empezó a echar monedas hasta que milagrosamente se equilibró al llegar a treinta, las mismas que le pagaron a Judas por su traición. A Muley no le quedó otra que venderla por ese precio.

  El 28 de enero de 1682 llegó a Ceuta y de allí fue trasladado a Madrid creando gran devoción entre las gentes. No fue su último viaje ya que en 1937 fue trasladado a Ginebra para salvarle de la Guerra Civil y regresó tras ella.

  Como curiosidad su nombre proviene de los duques de Medinaceli que fueron los que pagaron su templo actual. Su fiesta principal es el primer viernes de marzo en el que se celebra el besapiés.



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