En la ciudad gallega de Pontevedra en la plaza de A Pedreira, llamada así por la actividad de tallado de piedra que allí se realizaban, se levanta una construcción llamada Pazo Mugartegui que fue levantada entre los siglos XVII y XVIII en estilo barroco gallego.
Se trata de un edificio de dos plantas de base rectangular con fachada simétrica organizada en un eje central con arco de entrada, balcón y frontón, con dos cuerpos laterales. En la planta baja se haya un pórtico de siete arcos carpaneles, uno ejerce de central y tres a cada lado, sostenidos por por columnas de orden toscano. Encima de ellos se haya el piso superior con ventanas de cuerpo entero bajo arcos rebajados ubicándose en la ventana central un balcón volado con pretil de hierro.
El cuerpo central está flanqueado por dos pilastras arrimadas y lisas, al igual que en las esquinas, rematadas por por pináculos torneados. Encima de él se haya la ventana del pretil y más arriba se levanta un espectacular frontispicio en el cual hay un frontón semicircular donde se encuentra un escudo labrado y sobre él otro frontón partido con un reloj de sol tallado en su centro y coronado por un astro rey.
La decoración más importante es el escudo tallado y fue motivo de una disputa. El problema surge en 1773 cuando es encargado a un maestro cantero de Pobra do Deán. Una vez instalado los procuradores síndicos de Pontevedra denunciaron al dueño del pazo, Manuel Valladares, porque creían que no era hidalgo y por lo tanto no podía portar esas armas. Tras dos años de litigio consiguió demostrar que sí lo era y conservó su escudo.
El escudo es acuartelado y se hallan las armas de los Figueroa, Araújo, Miranda y Quirós. Sobre ellas hay un nuevo acuartelamiento que las une y en el que se alternan castillos con jaquelados, posiblemente en representación los Valladares. Alrededor de los blasones hay volutas y rocallas revueltas propias del rococó, en la parte inferior cuelga un rostro y la superior está coronada con un yelmo emplumado mirando a la izquierda.
En 1998 fue adquirido y restaurado por el ayuntamiento y actualmente es sede del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Rías Baixas. Además en su parte baja contiene un museo. Gracias a todo esto el edificio es uno de los más importantes de la construcción civil barroca de Galicia.
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