La lonja mallorquina

  En cualquier sociedad mercantil se necesita lugares para vender sus productos y algunos de ellos alcanzaron una gran belleza.

  Levantada frente al mar y justo detrás de las palmeras del paseo de Sagrera encontramos el edificio de La Lonja de Palma en Mallorca (Sa Llotja). Este edificio debe su construcción a la gran actividad que había en el puerto de la ciudad que hizo necesaria la creación de un lugar para que los mercaderes pudieran reunirse. Por ello la corona cedió los terrenos donde se iba a erigir. La Cámara de Comercio fue la encargada de elegir quien la iba a llevar a cabo y finalmente se decantaron por el arquitecto Guillem Sagrera, el gran artífice del gótico aragonés del siglo XV. 

  Las obras comienzan en 1421 y acabaron en 1452 (aunque Guillem no la terminó ya que por discrepancias lo abandonó en 1446). El resultado fue un edificio gótico, de un solo piso, con planta rectangular separada en tres naves a una misma altura y cubierta por una bóveda de crucería. Su interior se encuentran seis pilares sin base ni capitel y con estrías helicoidales que ascienden hasta crear los nervios de la bóveda que se integran en los muros dando una sensación boscosa, además en sus claves podemos encontrar los escudos de Aragón, de la Universidad y Reino de Mallorca todo ello en un espacio diáfano finalmente rematado con el Ángel de la mercadería. 

  Su exterior cuenta con cuatro torres octogonales en los extremos y en cada una de ellas hay un santo (Santa Clara, San Juan Bautista, San Nicolás, fue robada hacia 1885, y Santa Catalina), diez torres que sirven como contrafuertes, ocho ventanales ornamentados con tracería gótica que dan luz al interior y está decorado con gárgolas y estatuas. En su fachada principal destaca su tímpano decorado con el gran Ángel Custodio de los mercaderes mientras que en la posterior hallamos a la Virgen María con el Niño Jesús en brazos. 

  Desde su construcción sirvió como sede del Colegio de Mercaderes pero posteriormente perdió este uso y ahora es utilizado para visitas turísticas y exposiciones temporales. Desde el 3 de junio de 1931 es Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento y una joya del gótico civil mallorquín.