Tras la conquista de las Islas Canarias se empezaron a fundar en ellas ciudades. Pero estas localidades sufrían multitud de ataques piratas y es por ello que se necesitaba construir fortalezas para protegerlas. Con tal fin en la ciudad de Las Palmas se levantó el Castillo de la Luz.
Esta fortaleza fue ordenada por Alonso Fajardo, marqués de Vélez, gobernador y justicia mayor de la isla de Gran Canaria, en 1494. El nuevo castillo se levantó sobre una antigua torre creada por Juan Rejón, fundador de Real de Las Palmas (Las Palmas), en 1478.
El castillo, que fue la primera construcción defensiva de la isla, es de base cuadrada con tres plantas. Un puente levadizo nos da paso a su interior donde se ubican cubos y cañoneras que servían para la defensa. Además encontramos un patio de armas con aljibes y alrededor de él se organizan dos pisos y la azotea. En su exterior tiene muros de sillería amarilla y en las esquinas se alzan dos altos torreones para centinelas y puestos de vigía. En siglos posteriores se le añadieron algunas modificaciones y ampliaciones pero sin trastocar su planta.
Durante años funcionó como el único lugar de defensa de la ciudad contra piratas y ataques navales pero con el tiempo se levantaron las fortalezas de Mata, San Cristóbal y San Francisco integradas en la muralla que hicieron que este castillo perdiera su función. Debido a ello cayó en abandono y se fue deteriorando hasta que en 1969 fue restaurado y se le añadieron nuevos elementos como nuevo foso exterior y arcos. En 1998 se volvió a restaurar integrando en él sus elementos originales.
Desde 2015 acoge la sede de la Fundación Martín Chirino de Arte y Pensamiento en la cual se encuentra la colección de privada de este escultor canario además de ofrecer diversas actividades.
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