martes, 29 de diciembre de 2020

El castillo tinerfeño

   Siempre que en una ciudad hay mar corre el peligro de que haya ataque contra ella y es por este hecho por lo que se han creado multitud de edificios defensivos.

  En la ciudad de Santa Cruz de Tenerife, muy cerca del Auditorio de Tenerife, se halla una de las construcciones defensivas más importantes de la isla la Torre Costera Defensiva de San Juan Bautista (conocida como Castillo de San Juan o Castillo Negro). 

  La historia de este castillo comienza unos años antes de su construcción cuando en 1587 el ingeniero militar italiano Torriani estudió la defensa de la isla y vio la necesidad de construir dos castillos que flanquearan el castillo de San Cristóbal, uno en la zona de Paso Alto y otro en la Caleta de Negros para poder evitar desembarcos enemigos. Ya en 1619 el Cabildo de Tenerife vio que esto era verdad y decidió levantar uno de urgencia en la zona sur (Caleta de los Negros) pero en 1625 las dificultades económicas lo pararon. La siguiente intentona ya fue en 1640 debido a la inminente guerra con Portugal, por ello en 1641 se levanta por orden del Capitán General de las islas Luis Fernández de Córdoba y Arceesta la nueva fortaleza y se culmina en 1644.

  El resultado de las obras dio como resultado un castillo defensivo con planta circular y mirando hacia el océano, posee explanada al descubierto y parapetos con troneras con capacidad para para cinco piezas de artillería. Está construido con piedra basáltica (la cual le da un color negro del cual podría venir su nombre), mide 30 m de diámetro, 8 de altura  y su muro de mampostería tiene una anchura de 2,5 m. En lo alto de la fortaleza se construyeron dos torres de vigías a las cuales se accedía por una escalera de piedra separada de los muros por un puente levadizo de madera. Ya en el interior del castillo se instalaron la casa del alcaide, el almacén de pólvora y viviendas para los soldados. En 1765 sufrió una reforma en la cual se adosa a la torre, sobre su puerta, un ático de piedra con las escudo real en mármol.

  El uso defensivo del castillo duró hasta 1924 cuando ya se declaró obsoleto y se planteó su derribo quedando en abandono. En 1948 surgió la idea de convertirlo en museo militar pero se desecho al ser demasiado pequeño.

  Actualmente es propiedad del Ayuntamiento quienes lo conservan en buen estado, de hecho es el que mejor está de la isla, pero cerrado al público. Eso sí, es Bien de Interés Cultural y Patrimonio histórico de España desde 12 de diciembre de 1993.

   


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