En Gijón frente al puerto deportivo y con la estatua de Don Pelayo de frente se encuentra uno de los edificios con más solera de la ciudad, el Palacio de Revillagigedo. La historia de esta mansión comienza unos siglos antes cuando se levantó en la zona una torre medieval (siglo XV) seguramente de corte defensiva. Ya con el paso del tiempo Carlos Miguel Ramírez de Jove, I marqués de San Esteban de Natahoyo (de ahí que también se la conozca con este nombre, el otro es porque perteneció a los condes de Revillagigedo) decidió derribarla y construirse sobre ella una nueva casa, aunque mantuvo la torre oeste. En 1704 el diseño se encargó a Francisco Menéndez Camina y culminó sus obras en 1721.
El resultado es un palacio barroco con dos torres góticas (una original y la otra levantada para mantener la simetría) cuadrangulares de cuatro alturas y almenadas, además poseen tres niveles de ventanas colocadas de dos en dos y un arco que sirve de puerta. Entre ellas nace ya el cuerpo central barroco rectangular y tres niveles en el que se ven cinco arcos separados por columnas que dan paso a una galería porticada. Sobre ellos hay cinco ventanales balconadas y otras cinco superiores. Las columnas centrales son de tres tipos: jónico en la planta baja, compuesto en la primera y toscano en la segunda, Todo se completa con un gran escudo, aunque no original sino reconstruido en 2004.
Su interior en cambio está muy modificado ya que pertenece Fundación Bancaria Caja de Ahorros de Asturias y alberga Centro Cultural Liberbank Palacio de Revillagigedo. Por ello se adaptaron sus salas para convertirse en lugares expositivos.
El conjunto se completa con una capilla contigua conocida como Colegiata de San Juan Bautista, la cual fue construida en la misma época por orden del prior de la catedral de Oviedo Luis Ramírez de Valdés, tío del marqués y diseñada por el mismo arquitecto junto a Pedro Muñiz Somonte (cubiertas y torre). Por lo tanto sigue la misma estética barroca del palacio. Posee planta basilical de tres naves en cuyos laterales hay tribunas privadas para el marqués, además tiene una torre cuadrada que actúa de pórtico y su ábside está metido en el palacio. Por último la capilla mezcla bóvedas de cañón con arcos fajones en las naves, con las de crucería en el crucero y presbiterio.
Todo el conjunto fue declarado Bien de Interés Cultural en 1974 y sirve para exposiciones y otros eventos que la fundación quiera.
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