jueves, 25 de febrero de 2021

El duque en Guadalajara

   Nobles con castillos o palacios ha habido multitud en España y gracias a esto guardamos un gran patrimonio digno de admirar.

  En el siglo XV la poderosa familia Mendoza decidió establecerse en Guadalajara y gracias a esto la ciudad cuenta con numerosas edificaciones de gran valor histórico-artístico siendo el más destacado el Palacio del Infantado o Palacio de los Duques del Infantado el cual fue ordenado levantar por Íñigo López de Mendoza y Luna, II duque del Infantado, sobre unas antiguas casas que pertenecían a su familia.

  Fue en 1480 cuando se decide derribar estos antiguos hogares y construir un nuevo palacio que sirviera como residencia-fortaleza de su familia pero también para demostrar el gran poder que ostentaba la familia Mendoza y por ello se lo encarga quizá al mejor arquitecto de la época Juan Guas acompañado del tallista Egas Coeman. El palacio fue diseñado en en estilo gótico isabelino pero en él también se mezclan decoraciones mudéjares y renacentistas, esto se debe a que Guas se rodeó de trabajadores de distintas confesiones para crear la fachada.

  Se trata de un palacio de base rectangular organizado en torno a un patio central en dos niveles. En su exterior lo más destacable es la espectacular fachada labrada en caliza y cuya portada esta inspirada en los esquemas de palacios mudéjares del siglo XIV aunque en estilo gótico isabelino. En ella observamos la puerta principal colocada entre dos columnas, posee un dintel heráldico en forma de arco apuntado y sobre ella vemos el escudo del Duque sujetado por dos gigantes. Además vemos una galería de cinco ventanas balconadas y otra puerta. Todo ello profusamente decorado con puntas de diamante. La fachada se completa con una galería llena de balcones y garitones alternados decorada sobriamente de manera artesonada.

  En su interior ya encontramos su claustro, conocido como Patio de los Leones, el cual es rectangular y está formado por una doble arquería sostenida por columnas de orden toscano. En él encontramos una gran ornamentación en la que destacan los leones y grifos que le otorgan su nombre y que recuerdan al arte musulmán. Por último en torno a este patio se organizan las estancias ricamente decoradas. Todo el conjunto se completa con un jardín, algo novedoso ya que solo se solían ver en Al-Ándalus.

  En cuanto a su historia este palacio ha vivido varios hechos históricos como la boda de Felipe II e Isabel de Valois en 1560, la muerte de Mariana de Neoburgo (mujer de Carlos II) en 1738 o el matrimonio de Felipe V e Isabel de Farnesio en 1740. Pasado un tiempo el palacio quedó abandonado al irse los Mendoza a Madrid por ello se le dio otros usos como colegio para huérfanas de militares, pero en 1936 sufrió un bombardeo que obligó a su reconstrucción. Actualmente esta joya gótica acoge el Museo Provincial de Guadalajara.

  


  

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