En Las Palmas de Gran Canaria, en el histórico barrio de Vegueta (lugar donde nació la ciudad) se encuentra la pequeña Ermita de San Antonio Abad que si bien a primera vista no llama la atención sí lo hace su historia. La vida de este lugar comienza en 1478 cuando Juan Rejón conquista la isla y decide fundar una nueva ciudad en ella utilizando los terrenos del antiguo campamento militar. Pues bien en este campamento existía una capilla advocada a Santa Ana que fue creciendo convirtiéndose en una improvisada catedral y en el punto neurálgico para el nacimiento de Las Palmas. Ya en 1500 se construye la nueva Catedral de Santa Ana y la antigua capilla pierde su función por lo que se convierte en ermita y cambia su advocación San Antonio Abad. Esto hizo que la ermita cada vez se fuera abandonando más y pese a que los esfuerzos de los clérigos por reformarla, incluso donaron una puerta nueva en 1743, el edificio tuvo que ser derruido en 1757.
Pero este no es su final ya que sobre sus cenizas se levantó una ermita en estilo barroco, planta basilical con una sacristía cuadrada anexa a ella. Su sobria fachada muestra una gran simetría con respecto al eje principal y en ella destaca su puerta sobre la que se sitúa una ventana y entre ellas un escudo con un águila bicéfala, símbolo de los Austrias, todo ello rematado por un pequeño campanario. Además en ella hay una placa que reza "En este Santo Lugar oró Colón. 1492-1892" que hace referencia al momento en el que Cristóbal Colón escuchó misa aquí antes de marchar a América por primera vez y que se colocó en 1892 al cumplirse los 400 años.
En cuanto a su interior se ve una sola nave con tres huecos adintelados mediante arcos de punto en cuyos laterales hay dos altares enfrentados. Además destaca un púlpito, seguramente de construcción más moderna, y la carpintería hecha con madera de tea, de gran calidad y con un nivel importante de ornamentación tallada.
Actualmente este pequeño sitio forma parte del complejo expositivo del Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM) y se utiliza para exhibiciones lo que ha permitido su conservación y darle un espíritu vanguardista.
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