El falso castillo medieval

   España es un lugar donde encontramos una gran cantidad de castillos medievales pero también hay otros que no lo son tanto.

  En la provincia de Burgos existe un pequeño pueblo llamado Cebolleros que no alcanza los 20 habitantes pero que cuenta con su propia fortaleza conocida como el Castillo las Cuevas el cual para conocer su historia debemos retroceder hasta 1978 (y no, no es ninguna equivocación).

  Todo comienza cuando en 1978 un hombre de 40 años llamado Serafín Villarán se quiso levantar una residencia sobre unas antiguas bodegas pero decidió que no la levantaría como una casa normal sino como una de esas residencias que los reyes o nobles medievales se construían para servir como morada pero también para muestra de su poder. Así comienza la historia de este castillo el cual fue levantado con cantos rodados del Río Nela y solo por las manos de Serafín. 

  Con una gran paciencia durante los fines de semana y verano Serafín iba levantando poco a poco esta bella fortaleza para cumplir el sueño que él tenía pero desgraciadamente en 1998 murió sin poder acabarla. Es aquí cuando su hija Yolanda y su yerno Luís decidieron continuarla dando como resultado un castillo que por fuera parece totalmente sacado de los cuentos de caballeros y princesas pero que se mezcla con un toque de modernismo.

  Desde fuera se observa un castillo de 5 alturas y 300 metros cuadrados en cuya fachada hay un arco que sirve de entrada, sobre ella hay tres ventanas y dos más arriba, todo ello coronado por una barandilla sobre la que hay cuatro torres redondas a modo de almenas. 

  La magia sin embargo se encuentra en su interior, el cual es más grande que lo que parece desde fuera, ya que cada estancia, desde el sótano hasta la terraza pasando por la bodega y las habitaciones, está decorada al detalle, un lugar lleno de recovecos que si no nos fijamos podemos perdernos (como una serpiente que sirve como barandilla de la escalera). Y ya desde su azotea se puede disfrutar de unas magnificas vistas del paisaje burgalés.

  Sin duda el sueño de un hombre levantó una singular construcción que aunque sabemos que es moderna al verla podemos imaginarnos que estamos en ese pasado medieval que aquí se quiso recordar.