La ciudad de Ceuta siempre ha sido un enclave estratégico para aquel que la controlara por ello las pugnas por ella eran continuas haciendo necesaria la construcción de fortalezas que sirvieran para su defensa como es el caso del Fuerte del Desnarigado levantado sobre el frente sur del monte Hacho.
La historia de este fuerte comienza en 1415 cuando los portugueses levantan una pequeña construcción que sirviera como defensa de una cala que constantemente estaba sufriendo los ataques de los piratas marroquíes, sobre todo del temido Desnarigado (probablemente llamado así porque sería un esclavo fugado de las minas del Rif al que se le había amputado la nariz y el cual tras su escape se dedicó a la piratería) el cual da nombre tanto a la cala como al fuerte.
Ya con Ceuta en posesión de la corona española se ve la necesidad de modernizar este fuerte por ello el General Bernardo Barona decide levantar una torre cuyas obras concluyen en 1693. De esta forma el fuerte se convierte en uno de base cuadrada en la que se guardaban almacenes y cinco cañones con troneras con a una torre semicircular anexa que servía para vigilancia.
Sin embargo el castillo que vemos actualmente es del siglo XIX cuando el Capitán de Ingenieros José de Ramón Carbonell proyecta uno nuevo que sirviera para defenderse de los ataques marroquíes durante la Guerra de Marruecos. El nuevo fuerte consta de una sola planta de base irregular en la cual se ven un frente y dos cuerpos laterales paralelos a la costa. Además posee dos torres almenadas de seis metros que flanquean su entrada por la cual entramos al fuerte en el que se hallan el vestíbulo, las salas de infantería, caballería, ingenieros, artillería, cuerpos y servicios y el oratorio.
En cuanto a su historia se sabe que funcionó como cuartel hasta principios del siglo XX cuando la zona se había pacificado causando que fuera abandonando progresivamente, aunque durante la II GM fue vuelto a abrir. Tras ella se abandonó por completo hasta que en 1984 fue restaurado y convertido en Museo Militar.
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