En plena plaza de San Francisco de Sevilla se alza un majestuoso edificio el cual se levantó para albergar el Palacio de la Real Audiencia de Sevilla la cual tiene sus raíces en el el siglo XIII cuando el rey de Castilla Fernando III, el Santo, estableció un un ordenamiento jurídico para la ciudad recién tomada a los musulmanes. En siglos posteriores esta audiencia fue siendo ratificada por los distintos reyes quienes eran los encargados de nombrar a los Alcaldes Mayores, Alcaldes Ordinarios y Jueces de Grado que serían quienes impartirían justicia.
Fue en el siglo XIV cuando el juez de Grados Rui García de Santillán consigue trasladar esta audiencia a la ubicación actual pero a una casa llamada Casa Quadra. Aquí este juzgado se mantiene hasta que en 1525 por orden de Carlos I se crea la Real Audiencia de Grados de Sevilla la cual es reestructurada entre1554 y 1556. En cambio el nuevo edificio se construye entre 1595 y 1597 por orden de Felipe II.
El resultado fue un edificio de renacentista de base irregular con tres niveles organizados en torno a un patio central que fue reformado en 1605 por Alonso de Vandelvira para retranquear su fachada y que las casas de la plaza estuvieran alineadas. En años posteriores sufrió varias reformas pero la más importante se produjo en 1818 cuando se coloca en el centro la portada y el balcón principal. Ya en 1842 se le añadiría una torre con un reloj y la estatua de San Saturno pero es eliminada en 1861 por su estado ruinoso. Mientras tanto su interior también fue sufriendo modificaciones.
El 6 de agosto de 1918 el edificio sufre un incendio que obliga a la audiencia trasladarse mientras Aníbal González lo reconstruye entre 1918 y 1923 y desde entonces ha perdurado de la misma manera hasta que en 1970 es adquirido por la Caja de Ahorros de San Fernando para ser su sede.
Actualmente este edificio alberga la Fundación Cajasol y es utilizado como centro expositivo donde conserva una gran colección de pintura, escultura, grabados y muebles en la que destaca el retrato del arzobispo Pedro de Urbina de Bartolomé Esteban Murillo.
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