La capilla del cementerio

   Las iglesias y el Románico es algo que siempre han estado unidos encontrando grandes ejemplos de ello en multitud de lugares.

  En el corazón de la ciudad de Girona, anexa a la iglesia del monasterio de San Pedro de Galligans existe una pequeña construcción que nos traslada a la Plena Edad Media, la Capilla de San Nicolás cuya primera referencia la encontramos en 1134 aunque se cree que esta levantada sobre una antigua iglesia que allí estaría ubicada.

  Se trata de un capilla de estilo Románico con una sola nave en forma de cruz latina y con tres absidiolos colocados en forma trebolada todo cubierto por una bóveda de cañón aunque en su origen era planta cuadrada con cuatro ábsides semicirculares y con una cúpula octogonal sobre trompas a modo de cubierta (muy probablemente fue en el siglo XIII cuando sufrió toda la transformación a lo que vemos actualmente) todo ello coronado por un cimborrio octogonal sujetado por tres trompas que servían como base de un campanario. Además, en su exterior se observan varios arcos ciegos con lesenas rodeando el cimborrio y su puerta principal la cual data del siglo XVIII. En cambio su interior no posee decoración alguna. 

  En cuanto a su historia se sabe que tras su construcción muy probablemente funcionó como capilla funeraria ya que cerca había un cementerio altomedieval por lo que también pudo haber sido un mausoleo monumental. Años más tarde ya quedó totalmente unida al cementerio del monasterio y además sirvió como parroquia para el barrio de San Pedro. Posteriormente pasó a manos del gremio de curtidores quienes la restauraron en 1515. Así funcionó hasta 1835 cuando fue desamortizada y convertida en almacén de cuero y aserradero. Ya en 1942 el Ayuntamiento decide hacerse con su propiedad y hacer unas obras en 1943 descubriendo así un cuarto ábside.

  Actualmente la capilla es utilizada como sala expositiva y junto al monasterio conforma uno de los conjuntos románicos más espectaculares de Cataluña. Además es Bien de Interés Cultural.