jueves, 22 de abril de 2021

La catedral jaquesa

   El románico, un arte altamente ligado a la arquitectura eclesiástica y de la que encontramos multitud de ejemplos por toda España.

  En la provincia de Huesca se ubica la localidad de Jaca donde se encuentra el primer edificio levantado plenamente siguiendo los criterios del Segundo Románico o Pleno, la Seo o catedral de San Pedro de Jaca cuya historia nos traslada al siglo XI ya que se cree que empezó a construirse en 1063 aunque hay fuentes que la datan en 1077. Todo comienza cuando el rey Sancho Ramírez de Aragón viaja a Roma en donde consigue que el papa Alejandro II otorgue a la ciudad la sede episcopal del entonces pequeño reino aragonés. Esto duró hasta 1096 cuando se conquistó Huesca haciendo que ambas ciudades compartieran esta función, algo que duró hasta 1571 cuando Jaca consiguió obispo propio. Por todo esto el rey ordena construir una nueva Seo cuyas obras perduraron hasta 1130.

  El resultado de las obras fue una catedral de planta basilical con tres naves, separadas por pilares compuestos y columnas exentas, y crucero solo señalado en el alzado. Además posee una cabecera tripartita con ábsides semicirculares siendo el central más largo y alto los cuales estaban cubiertos por bóvedas de cañón en los presbiterios y de cuarto de esfera en los ábsides. Se cree que en un principio que el templo estaba cubierto por un techo de madera pero ante la amenaza de incendios fue sustituido en el siglo XVI por bóvedas góticas de crucería estrellada.

  En su exterior se observa que se levanta a base de grandes sillares regulares en los cuales posee una gran decoración escultórica de tres tipos: vegetales, animales o historias bíblicas atribuida al Maestro de Jaca. Sobre todo destaca su portada principal ornamentada por arquivoltas y un crismón esculpido en el tímpano y su ábside central organizado en tres cuerpos horizontales divididos por improntas y tres verticales separados por columnas sobre pilastras que flanquean un vano decorado con arquivoltas y ajedrezado jaqués al que se le unen modillones, medallones y placas vegetales o figuradas.

  En su interior también posee una gran representación escultórica sobre todo en los capiteles a los que se le suman obras de distintos siglos como las pinturas Juan de Moreto, Gil Morlanes el joven y Juan de Salas en la capilla Lasala o de San Miguel (siglo XVI). Los retablos de la Trinidad (Juan de Anchieta), de San Jerónimo, el sepulcro del obispo Baguer o el retablo de la Anunciación de Pedro Lasaosa (Renacimiento) y el retablo de la capilla de Santa Orosia de estilo churrigueresco. Pero sin duda las mayores obras las guarda en el Museo Diocesano que hay en su interior.

  En cuanto a su historia se sabe que la catedral ha sufrido varias ampliaciones, demoliciones y restauraciones que han hecho que llegue en buen estado hasta nuestros días y que se convierta en Monumento Histórico-Artístico desde el 3 de junio de 1931.



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