Normalmente cuando una persona moría dejaba encargada que fuera enterrado en un lugar en el que se resaltara todo el poder que tuvo.
En la localidad leridana de Bellpuig hay una iglesia consagrada a San Nicolás que contiene una de los ejemplos de arte funerario con más belleza de España sepulcro o sarcófago de Ramón Folch de Cardona-Anglesola el cual fue encargado por su viuda, Isabel de Requesens y Enríquez de Velasco, a Giovanni da Nola para acoger el cuerpo de este ilustre noble de la corona de Aragón.
Ramón había nacido en Bellpuig en 1467 en el seno de un noble familia catalana la cual le heredó los títulos de Conde de Albento y duque de Soma. Prontamente inició su vida militar siempre ligada a la Corona de Aragón a la que sirvió fielmente ya fuera liderando las galeras del sitio de Gaeta (Italia) en 1503 o en la Jornada de Mazalquivir de 1505 durante las campañas del norte de África.
Además participó activamente guerra de la Liga de Cambrai en el bando de Fernando el Católico lo que a la postre le valió los títulos de virrey de Sicilia (1507-1509) y Nápoles (1510-1522). Años en los que como jefe de los ejércitos de la Santa Liga logró reponer a los Medici en Florencia tras el Saqueo de Prato (1512), venció a los franceses en Novara y La Motta (1513) y sitió Venecia. Pero todo acabó con su muerte en Nápoles el 10 de marzo de 1522. Tras ello es cuando se decide trasladar su cuerpo a su ciudad natal y levantar este sepulcro realizado en Nápoles.
Se trata de una tumba de estilo renacentista realizada en mármol blanco y que fue estructurada en forma de arco del triunfo ya que se quiere dar el significado de que los logros realizados en vida vencen a la muerte, algo que se daba mucho en el humanismo renacentista italiano.
En la parte baja se ven dos parejas de angelotes sujetando unas estelas con inscripciones sobre los logros de Ramón, encima de ellos ya se halla la tumba propiamente dicha la cual está sujetada por dos esfinges y dos cariátides militarizadas. Además, hay una estatua yacente del difunto a la que la flanquean dos mujeres que simbolizan la Paz enmarcadas sobre pilastras jónicas.
Encima del sepulcro hay un alto relieve del Entierro de Cristo rodeado por los medallones la Gloria y la Fama simbolizados por una corona de laurel y una palma, todo ello coronado por su escudo. Un poco más arriba ya aparece un friso con escenas militares, dos estatuas sentadas flanqueando la estela mortuoria y todo se remata por una Virgen con Niño rodeada de dos ángeles con las alas extendidas.
En 1530 acabaron las obras de este mausoleo y en un principio se instaló en el convento de Sant Bartomeu hasta que su abandono tras la desamortización obligó su traslado a su ubicación actual en 1840 en donde esta joya renacentista vive como uno de los ejemplos más bellos de arte funerario de Cataluña.
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