sábado, 15 de mayo de 2021

El hotel palacio

   Los palacios que existen en España muchas veces han sido reformados hasta tal punto que su utilidad actual es muy distinta a lo que fueron concebidos.

  En pleno centro de la ciudad asturiana de Avilés se levanta un edificio que guarda toda la esencia del Barroco pero cuyo corazón ha cambiado, el Palacio de Ferrera cuya historia nos traslada al siglo XVII.

  La vida de este palacio comienza en 1648 cuando Pedro de León y Menéndez de Avilés le encarga al arquitecto Bartolomé Velasco la construcción de una nueva vivienda para su familia. Las obras duran hasta 1652 dando como resultado un edificio de tres plantas con planta en forma de escuadra al cual le completa una torre prismática de cuatro alturas todo rematado por un jardín.

  En su fachada exterior vemos una decoración muy sobria en cuya planta baja hay una puerta acompañada de tres ventanas y encima de ellas dos hileras de tres ventanas balconadas rematadas con un tejado a dos aguas y como única ornamentación el escudo de armas de los Rodríguez de León. La torre sigue una estética similar pero solo con una ventana por piso siendo la última sin balcón e inexistente en el cuerpo principal. Todo ello se remata por una terraza con balaustrada de rejería. Su interior posee salones de una gran belleza en los que destaca una gran biblioteca rectangular.

  En cuanto a su historia este palacio funcionó como vivienda para los marqueses de Ferrera, de ahí su nombre, quienes fueron muchas veces anfitriones de la Familia Real. Pero en 1998 vendió la construcción la cual fue adquirida por una cadena hotelera quien lo transformó en 2003 en un hotel de cinco estrellas que ha alojado a muchas personalidades e incluso su jardín fue utilizado para rodar parte de Vicky Cristina Barcelona.

  Por último saber que la historia del jardín ha sido distinta ya que estaba dividido en dos: el jardín inglés el cual fue adquirido por el ayuntamiento en 1976 para transformarlo en el Parque de Ferrera y el jardín francés que no fue comprado hasta 1998 para quedar totalmente integrado en el parque.

  Gracias a todo esto Avilés guarda en su corazón una joya barroca cuya alma ha sido totalmente transformada para comenzar una nueva vida.



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