El jardín del duque

   Los nobles además de construirse viviendas también levantaban fincas donde pasar su tiempo de asueto y algunas de ellas se han convertido en parques.

  En las inmediaciones de la salmantina localidad de Béjar se halla uno de los jardines más antiguos de España y que nació como lugar de recreo para sus dueños, El Bosque.

  La historia de este lugar comienza en el siglo XIV cuando los Duques de Béjar y de Plasencia adquieren un bosque cercano a Béjar para servir como lugar de retiro, una zona donde las aguas eran abundantes ya que provenían del Arroyo del Oso. Ya en el siglo XVI el nuevo duque, Francisco de Zúñiga y Sotomayor, decide que en este lugar se levante una villa de recreo al cual se le añadiría un palacete, un oratorio, un estanque, parques y jardines. Así es como nace un lugar que debido a su situación se empezó a conocer como El Bosque de Béjar.

  El palacete es de base rectangular con una fachada sobria en la que encontramos multitud de escudos de la familia con las iniciales F y G (Francisco y Guiomar los fundadores del lugar) y varias leyendas que lo atestiguan "Ano dominus. Franciscus bejaranensis dux huius moninis: secundus: et Guiomareius usor: haec erigebant, MDLXVII".

  Realmente lo más destacable de este lugar es su jardín ya que se siguió todas las maneras de los jardines renacentistas italianos. En el centro se encuentra un estanque rodeado de fontanas de piedra del que surge una gran extensión de árboles, de especies autóctonas y forasteras que ofrecen distintos colores según cambian las estaciones, entre los que hay caminos y escalinatas que nos llevan a bancos y fuentes escondidas que aportan una gran belleza. Todo se completa con un lago artificial que antaño sirvió como lugar para barcas y en cuyo centro se halla un templete donde los cisnes descansaban.

  Todo este conjunto además de servir como retiro de ocio también fue un lugar donde los duques celebraron grandes fiestas entre ellas algunas literarias donde grandes genios de la literatura participaron junto a otros artistas.

  Gracias a su belleza, sus juegos de aguas, sus fuentes monumentales y todos los elementos renacentistas convierten el lugar en algo mágico por ello el 11 de enero de 1946 fue declarado jardín artístico y Bien de Interés Cultural en 1995. En 1999 fue adquirido por el Ayuntamiento de Béjar y la Junta de Castilla y León quienes se encargan de su mantenimiento.