martes, 1 de junio de 2021

El templo gallego de Cibeles

  España siempre ha sido un lugar donde se han asentado culturas de varias procedencias las cuales nos han legado cultura y patrimonio.

   La zona de Galicia fue un lugar donde los romanos se establecieron un largo tiempo y por ello construyeron varios edificios que aún se conservan como es el templo romano de Santa Eulalia de Bóveda ubicado en la parroquia lucense de Santalla de Bóveda de Mera.

  Situado en la zona norte de Hispania y a unos 14 kilómetros de Lucus Augusti (Lugo) por el camino de la Via XIX hacia Bracara Augusta (Braga) se encuentra este templo levantado seguramente en el siglo III para servir al culto de la diosa Cibeles o al dios Mitra. En sus origenes se trataba de un edificio de planta rectangular y dos niveles con la peculiaridad que estaba construido de forma opuesta a lo que se hacía normalmente. 

  En siglos posteriores y con Galicia ya cristianizada los visigodos lo convierten en la iglesia superior de Santa Eulalia, cuya primera referencia se da en el siglo VIII, esto va haciendo que todo lo referente al culto pagano vaya desapareciendo ya que se hacen multitud de reformas para adaptarlo a su nueva función. En el siglo XVIII es cuando se decide hacer unas obras ya que se había dañado la bóveda y es ahí cuando se dan cuenta que hay un piso inferior lleno de escombros pero no es hasta 1946 cuando se descubre el antiguo templo.

  Actualmente del templo romano solo queda la planta inferior pero conserva gran parte de su belleza. En su exterior, el cual está precedido por un atrio con dos columnas "in antis", se observa que está construido con bloques de piedra en hiladas horizontales, decoradas con esculturas esculpidas, en las que se abrieron ventanas adinteladas con arco de descarga triangular flanqueando la puerta de arco de herradura, el más antiguo de España,  la cual da acceso a una cripta cuadrada cubierta por una bóveda de cañón de medio punto con arcos fajones y en cuyo centro hay una pequeña piscina convertida en baptisterio durante su etapa cristiana. Todo se completa con unas columnas y unas pinturas murales, las más importante de las conservadas en España, con decoración vegetal, sibilas en forma de aves y otros tipos de pájaros.

  En cuanto a su uso se cree su planta superior pudo ser un taurobolio donde los sacerdotes sacrificaban toros dejando que su sangre cayera a la piscina por varias aberturas. Una vez muerto bajarían con sus genitales y los colocaban en hornacinas. Esto lo harían para bañarse en la sangre por la creencia de que tenía propiedades curativas. Existen más teorías sobre su utilización pues también se piensa que todo el conjunto podría ser un mausoleo funerario.

 Todo el conjunto está considerado un "unicum" de sincretismo hispano-romano, es decir, un edificio singular en todo el territorio ocupado por el Imperio Romano lo que hace que sea de suma importancia por lo que fue declarado Monumento Nacional en 1931 y Bien de Interés Cultural en 1996.



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