La casa del obispo de Cartagena

   Cuando la religión es algo muy importante en un país es lógico que haya multitud de edificios que tengan relación con ella.

  Paseando por el casco antiguo de Murcia veremos muchos edificios que fueron importantes en su época y que actualmente lo siguen siendo como es el Palacio Episcopal el cual es sede de la Diócesis de Cartagena y cuya historia nos lleva al siglo XVIII.

  Con anterioridad a este palacio existía uno de estilo renacentista pero debido a las obras de remodelación de la zona de la catedral se decide levantar uno nuevo sobre el solar que ocupaba la Casa señorial del Marqués de los Vélez el cual servía como hogar del Adelantado Mayor del Reino de Murcia. En 1749 empiezan comienzan las labores de construcción de este nuevo lugar las cuales continuaron hasta 1768 bajo la dirección de varios arquitectos como José López y Baltasar Canestro. Una vez terminado se observa que es un palacio de planta cuadrada en tres niveles que se mueve entre el Barroco y el Rococó italiano y francés.

  Su fachada principal (plaza de Belluga) es de color rojo y en ella se observan pilastras jónicas que flanquean un arco de entrada coronado por un balcón en el que se encuentra el escudo del Obispo Rojas y Contreras. En ella también se hallan dos puertas laterales con decoración más sobria pero de traza más movida.

  La fachada posterior se orienta hacia el río Segura y está dividida en dos cuerpos en forma de L, esto hace que popularmente se la conozca como Martillo, el cual fue pensado como mirador para los antiguos jardines. Esta fachada es carente de decoración salvo en el portón protegido por una reja.

  Su interior se articula en torno a un patio cuadrangular cuya parte inferior está rodeado por arcos de medio punto situados entre pilastras que forman una galería porticada barroca. Sobre ellos entablamento ornamentado por triglifos y metopas del que parten pilastras con capiteles jónicos, y balcones coronados por frontones partidos decorados con medallones de los obispos de la Diócesis. Ambas plantas se unen con una escalera imperial que da acceso a todas las estancias en las que destaca una capilla circular la cual es una joya barroca. El segundo piso se destinó a los empleados.

  De su historia se sabe que funcionó como cuartel francés durante la Guerra de Independencia y residencia de Isabel II y Alfonso XII. Por todo esto está declarada Bien de Interés Cultural.