Durante la Prehistoria multitud de poblaciones crearon asentamientos cuyos restos han ido saliendo a la luz y uno de estos tipos son las motillas, unas elevaciones artificiales amuralladas creadas en un espacio plano que fueron muy típicas en la Edad de Bronce manchega (2200-1300 a.C.) y la más representativa de todas es la Motilla del Azuer ubicada en la ciudarrealeña localidad de Daimiel. Colocada en la orilla del río homónimo para poder controlar todos los recursos que allí había ya que aquí crecían árboles y arbustos a los que se les unían animales que servían para sustento complementario a los cultivos.
Se trata de un montículo de unos 40 m de diámetro en el cual se ven dos cuerpos claramente diferenciados. El primero se trata de recinto interior fortificado formado por murallas concéntricas al rededor de una torre central cuadrada que servía como protección a todas las actividades económicas de la ciudad. De esta zona destacan unos grandes silos que servían como almacén para cereales, legumbres; también los hornos para la cocción de cerámicas y metales. En este recinto también había una zona destinada a la ganadería pero sin duda lo más singular es un gran patio trapezoidal donde hay un pozo considerado la estructura hidráulica más antigua de la Península Ibérica. Este funcionaba a través de agujeros en las terrazas del río hasta llegar a la capa freática.
Hacia el exterior ya se halla una línea de murallas circulares construida en parte con grandes bloques de caliza en la que se abrieron grandes pasillos para dar acceso a la ciudad. Ya extramuros se hallan viviendas de distintos tipos construidas con planta oval o rectangular, con zócalo de mampostería y alzado de barro y algunas veces con columnas en los muros. Además aquí se hallaban otras áreas para almacenaje y producción.
Por último se halla la necrópolis la cual coincide con la zona de población y en ella a los difuntos se les enterraba de forma lateral flexionada, en tumbas simples alguna vez reforzadas con mampostería o lajas que se adosaban a los muros exteriores de las casas. Si el difunto era un niño se les solía enterrar en vasijas. En esta fosas se han encontrado escasos ajuares como vasos y armas.
Todo esto y que las Motillas son monumentos excepcionales al haber pocas y tener una gran importancia científica hizo que el yacimiento fuera declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de zona arqueológica el 20 de junio de 2013.
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