jueves, 22 de julio de 2021

El castillo del santo

   La Edad Media fue la época en la que más construcciones de tipo castillo nos han llegado y algunas en muy buen estado.

  A 52 km de Pamplona se irgue una magnifica construcción que nos traslada hasta la Alta Edad Media y que sirvió como morada de uno de los santos más conocidos de España y patrón de Navarra, el castillo de Javier.

  El origen de este lugar comienza en el siglo X con la construcción de una torre de señales y vigilancia en torno a la cual en el siglo XI se le fueron añadiendo nuevas construcciones dejando a la original como Torre del Homenaje o San Miguel, el motivo muy probablemente sería por la cantidad de agua que surgía de sus aljibes.

  Lo que aquí se observa es un castillo de tres cuerpos escalonados según la antigüedad de la construcción distribuido en torno a la primitiva torre, de base cuadrada y almenada en su final. El primer polígono data del siglo XI y en él se ve que en su basamento hay contiene huellas y zócalos musulmanes. En esta primera época se añadieron las primeras habitaciones, bodegas, graneros y otros servicios. En el siglo XIII se levantaron los otros dos cuerpos poligonales con dos torres flanqueándolos. Además se le añade un sistema defensivo con saeteras, matacanes, almenas, torres, camino de ronda, murallas exteriores, fosos y dos puentes levadizos.

  De su historia se sabe que en el siglo XIII el castillo fue utilizado como garantía para pagar un préstamo de 9000 sueldos que el rey Sancho VII de Navarra había concedido a un noble aragonés que había tomado el castillo y la villa de Javier (su nombre proviene del euskera etxeberri "casa nueva") en 1223 y como no pudo hacer frente a este pago la fortaleza pasa a manos del monarca, esto fue algo habitual ya que de esta forma se hizo con varios castillos aragoneses. Tras ello en 1236 el rey Teobaldo I se lo cede a Adán de Sada y tras la conquista de Navarra pasa a manos de María de Azpilcueta y Juan de Jaso, señores de Javier y padres de un niño nacido en él de nombre Francisco Jasso Azpilicueta Atondo y Aznárez, en adelante San Francisco Javier.

  Esta familia siempre defendió la independencia de Navarra por ello cuando en 1516, con Navarra ya en manos de Castilla, el Cardenal Cisneros ordenó su derribo pero al final solo desmochó las torres, rellenó el foso y tiró la muralla, las portaladas, dos torres, un puente, el jardín, la morada de los conejos y rebajó la Torre de San Miguel.

  Para el siglo XIX estaba prácticamente en ruinas por lo que fue restaurado al completo y en el XX fue cedido a la Compañía de Jesús, fundada por San Francisco Javier. Actualmente es un lugar bastante atractivo de visitar y en él destaca su museo dedicado a la vida del santo y la basílica anexa. Además es un lugar de peregrinación, conocida como las Javieradas, en honor al santo y es Bien de Interés Cultural desde 1994.



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