En la madrileña localidad de Navalcarnero podemos encontrar varios monumentos dignos de una visita y uno de ellos es la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción cuya vida comenzó apenas unos años después que la del pueblo.
En 1499 Segovia a través de unos vecinos de Perales que labraban por la zona deciden crear una nueva población con el fin de recuperar parte de los territorios que la Corona le había quitado. Por ello instauraron el Concejo de Navalcarnero fundando así una nueva ciudad y claro cuando nace una nueva villa era necesario darles una iglesia a sus habitantes. Por esto en el año 1520 empiezan las obras del nuevo templo en estilo renacentista pero todavía plagado de toques medievales. Con el paso de los años la población fue creciendo y esto hizo que la iglesia se quedara pequeña por lo que en 1580 se empieza a construir una nueva quedando de la antigua solo las arcadas góticas que hay entre las naves y el campanario con reminiscencias hispano-mudéjares. Pero por motivos económicos esta, posible obra de Alonso de Covarrubias, no llegó a culminarse.
Lo que se observa ahora es una iglesia de planta basilical de tres naves separadas por arquerías góticas de granito sobre pilares a la que posteriormente se le añade una cabecera escurialense con presbiterio, crucero y sacristía. Todo culminado por la torre del campanario mudéjar con capitel barroco. En 1619 vuelven a iniciarse obras en las cuales se le añade la capilla de la Inmaculada Concepción y entre 1789-1790 se amplían las naves y los pies de la iglesia.
De su historia se sabe que en su inicio esta iglesia pertenecía al arzobispado de Toledo pero a partir de 1885 se convierte en cabecera del arciprestazgo del nuevo obispado de Madrid-Alcalá aunque desde que en 1991 se creó a la diócesis de Getafe pertenece a ella. Además es Monumento Histórico Artístico y Bien de Interés Cultural, en la categoría de Conjunto Histórico.
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