El Camino de Santiago era un lugar muy concurrido de peregrinos a los que había que atender si les pasaba algo, por ello se crearon hospitales.
A las afueras de la navarra localidad de Huarte-Araquil, a los pies de la Sierra de Aralar junto al río Araquil en el camino al Santuario de San Miguel in Excelsis se levanta un magnífico conjunto que clava sus raíces en la Hispania romana, el Monasterio de Zamartze.
El origen de este lugar se sitúa cuando Roma crea aquí la mansio de Aracaeli para servir como refugio para los viandantes que discurrían por la vía del Corredor del Araquil, en el iter XXXIV Ab Asturica-Burdigalam (Astorga-Burdeos). Con el tiempo y la llegada de la Edad Media esta vía fue utilizada por los peregrinos que iban a Santiago por lo que esta vieja mansio se convirtió en el siglo X en un monasterio que sirviera como hospital para ellos.
Ya en el siglo XII es cuando se construye la iglesia la cual sigue todos los cánones del Románico rural al ser de una sola nave con ábside semicircular con orientación E-O. En su exterior destaca una portada ornamentada con motivos geométricos y vegetales inspirados en la antigua catedral románica de Pamplona ya desaparecida.
Desde su creación este monasterio dependió de la catedral de Pamplona y siguió su labor durante varios siglos pero como muchos edificios cayó en declive quedando actualmente en pie solo la iglesia la cual se ha convertido en una Casa de Espiritualidad supeditada a la Diócesis Pamplona-Tudela.
Pero quizá lo más curioso de ella sean los restos arqueológicos que se hallaron tanto romanos que atestiguan su primer asentamiento como tumbas de peregrinos con conchas y un bordón que muestran su pasado como hospital.
Actualmente a esta iglesia la acompaña un caserío para dar reposo a quien allí acuda y gracias a su historia y arte está declarada Monumento Histórico-Artístico Nacional desde 1983.
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