martes, 28 de septiembre de 2021

El monasterio catalán de San Pedro

   La religión y el Románico es algo que siempre ha ido de la mano y gracias a ello conservamos mucho patrimonio.

  En el gerundense pueblo de El Port de la Selva, mirando al mar desde el norte del Alt Empordà, se levanta un edificio que durante siglos se convirtió en el mayor centro espiritual del condado de Empúries y que siempre ha estado rodeado de un misticismo especial, el Monasterio Benedictino de San Pedro de RodaMonestir de Sant Pere de Rodes.

  Los orígenes de este cenobio nunca han estado claros por lo que su historia siempre ha estado rodeada de leyendas que cuentan que este lugar fue fundado por unos monjes llegados desde Roma transportando dentro de un maletín los restos de san Pedro y otros santos que habían sacado de la Ciudad Eterna para protegerlos de las hordas bárbaras que allí estaban llegando, esto podría sugerir que se construyó en el siglo VII en tiempos del papa Bonifacio IV. No sería hasta el 878 cuando, en un en un precepto del rey francés Luis II el Tartamudo, aparecen noticias de este lugar pero solo como una celda monástica dependiente de Sant Esteve de Banyoles (Girona). En esa época el conjunto solo debían ser unos primitivos edificios que perduraron así hasta el 947 cuando, perteneciendo ya a Santa María de Roses y siendo prior Tasi, Rodes se independizó de Banyoles y se consolidó como cenobio propio nombrando como abad a Hildesind (quien era hijo de Tasi). Esto hizo que su importancia creciera de tal manera que ocupó la hegemonía del lugar.

  Gracias a esto se levantó un auténtico monasterio empezando por la iglesia románica (consagrada en 1022), de planta de cruz latina con tres naves y bóveda de cañón en la que destacaba una poderosa fachada creada entre 1160 y 1163 por el Maestro de Cabestany de la que lamentablemente solo nos han llegado unos pocos restos. 

  A partir del 1100 es cuando se empieza a construir el resto de elementos apareciendo ya el campanario, el claustro, las sacristías, las dependencias convencionales para vivir y el palacio del Abad. Eso sí debido al terreno irregular todos estos edificios se erigieron en terrazas adaptadas organizadas en torno al claustro y la iglesia.

  En cuanto a su historia este monasterio ha vivido multitud de avatares como las luchas de las casa de Peralada y Empúries que le causaron algunos daños, la peste negra de 1345 que mató a veinticuatro monjes o la piratería que obligó a su fortificación en el siglo XV. Pero sin duda lo que más daño le han hecho fueron las guerras. En 1654 fue la primera vez que los monjes tuvieron que abandonar su hogar durante seis largos años en los cuales fue saqueado varias veces perdiendo bienes, cosa que se repetiría décadas después (en 1693 le roban La Biblia de Rodes que actualmente se guarda en la Bibliothèque Nationale de France y en 1726 es expoliado de nuevo). Esto hace que en 1798 la comunidad marche definitivamente. 

  Debido a esto se va deteriorando lo que obligó a su declaración como Monumento Nacional en 1930 y a la Generalitat a restaurarlo por completo en 1935. Pero no es la única intervención que en él se realiza ya que entre 1990 y 1991 se hicieron una serie de excavaciones en las que aparecieron restos de época romana, el claustro del siglo XI, pinturas de antes del XII y la necrópolis del siglo X-XI, pero otros muchos se han perdido. Aún así esta joya románica se conserva en un gran estado.



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