jueves, 30 de septiembre de 2021

El teatro cartaginés

   La ocupación romana de la península nos ha legado una gran cantidad de patrimonio que aún podemos disfrutar.

  Cuando Roma ocupó Hispania fue creando una serie de ciudades para alojar a sus ciudadanos, gente a los que había que darles un equipamiento para su bienestar y una parte importante de ello era el entretenimiento. Por ello, como el teatro era una de los ocios favoritos de los habitantes se construyeron varios edificios para tal efecto como es el teatro romano de Cartagena en la Región de Murcia.

  Todo comienza en el 44 a. C. cuando el emperador Augusto eleva a Carthago Nova a la categoría de colonia romana con el título de Colonia Vrbs Iulia Nova Carthago lo que hace que que comience un ambicioso plan de romanización por cual la convertiría la zona en una auténtica ciudad romana y para ello añadió un foro, varios edificios públicos y un teatro que se sumaron a un anfiteatro existente desde época republicana.

  Construido entre los años 5 y 1 a. C., fecha que se sabe debido a dos dinteles con dedicatorias a Lucio Caesar (puerta del aditus o pasillo central oriental) y Caio Caesar (occidental) más una mención al consul designatus en el cursus de Caio encontrada en unas aras del foso del hyposcaenium, sobre uno de los cerros más altos de la ciudad lo que permitió aprovechar su parte central para excavar una gran cavea y apoyar los pasillos sobre la misma roca creando unas galerías abovedadas.

  La cavea, con un aforo de 7000 personas, se organiza en tres sectores horizontales (moeniana) divididos por cinco escaleras circulares en la ima y siete en la media y summa cavea, en las que se situaban los espectadores según su clase social, quienes accedían al recintos a través de dos pasillos laterales (aditus), los cuales daban también acceso a la orchestra, el espacio semicircular donde los actores desarrollaban su obra y en la que también hay tres filas reservadas para asientos de honor (proedria). Todo rematado por un frente de exedras, bajo el que había un desagüe abovedado para evacuar el agua de lluvia.

  Finalmente frente a las gradas se ubicaba la scaena frons o fachada escénica creada con elementos como columnas rojas, capiteles blancos o el podium gris que daban un gran juego cromático. Por detrás ya aparecía el porticus post scaenam creado por una doble galería porticada que servía para delimitar el edificio.

  Todo esto hacía que este teatro fuera uno de los más grandes e importantes de Hispania pero tiempo después fue destruido junto a la ciudad cuando en el 425 los Vándalos la atacaron. Tras ello el emperador de Bizancio Justiniano I decidió reconstruirla con el nombre de Carthago Spartaria y sobre el teatro levantó un barrio comercial haciéndolo desaparecer. Ya en el siglo XIII sobre este barrio se levanta la Catedral de Santa María la Vieja, cubriendo ya por completo las ruinas. El tiempo pasó sin más noticias sobre él hasta que llegó 1988 año en que en esta zona se iba a levantar el Centro Regional de Artesanía pero cuando comenzaron a ahondar para hacer la obra se llevaron la sorpresa de que aparecieron los restos lo que obligó a hacer una auténtica excavación arqueológica llevada a cabo por el profesor de la Universidad de Murcia Sebastián Ramallo Asensio. Entre 1996 y 2003 prácticamente se exhumó entero y en un buen estado gracias a las múltiples capas que lo cubrían. Además a su vez se encargó a Rafael Moneo la construcción del Museo del Teatro Romano de Cartagena para acoger las piezas que se iban encontrando.

  Este teatro es de una gran importancia histórica por lo que se decidió musealizarlo y además protegerlo declarándolo Bien de Interés Cultural el 21 de enero de 1999.



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